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miércoles, 24 de junio de 2009

SANTIAGO, República Dominicana.- El representante de la empresa constructora PROCISA, S.A., contratista del proceso de reconstrucción de la carretera turística Gregorio Luperón (La Cumbre), que une a Santiago con Puerto Plata, aseguró que la paralización de la construcción, ocurrida hace seis meses, obedece a una deuda del Gobierno con la compañía.

Rafael Medos reveló a Clave Digital que la cantidad adeudada asciende de RD$130 millones.

De acuerdo con el ingeniero, de la inversión total de la obra, estipulada en RD$750 millones, sólo se han invertido RD$350 millones.

El contratista, quien lleva la obra desde el 25 de agosto del año 2005, afirmó que retiró sus equipos debido a que, según dijo, la espera por el pago de las cubicaciones se ha prolongado, a pesar de que se ha mantenido en contacto con las autoridades.

Medo Pérez aseguró que hace dos meses habló de la situación con el secretario de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, quien alegadamente le respondió que no había dinero para reactivar los trabajos.

Asimismo, sostuvo que en diciembre pasado hizo las diligencias de lugar para pagar las prestaciones navideñas a sus empleados, pero no consiguió dinero alguno.

Protestas

El ingeniero contratista reaccionó ante las protestas que llevaron a cabo trabajadores del transporte de las rutas Santiago- La Cumbre-Puerto Plata, moradores y comerciantes de la zona, quienes escenificaron una manifestación para exigir a las autoridades que se retomen los trabajos de reparación de la vía.

En medio de la protesta, comerciantes de la zona aseguraron que mala situación de la carretera mantiene al borde de la quiebra sus negocios.

Asimismo, advirtieron sobre el peligro que representa el actual estado de la vía.

La carretera turística Gregorio Luperón fue construida en el año 1927. Su primera reconstrucción se llevó a cabo en el período 1986-90.

La vía de 42 kilómetros, que atraviesa la cordillera Septentrional, ha sido intervenida en múltiples ocasiones con el fin de establecer un tránsito normal, pero ninguno de los trabajos han evitado los deslizamiento de tierra.