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lunes, 22 de junio de 2009


EL CAIRO (AP) - La Guardia Revolucionaria de Irán, la fuerza militar más poderosa del país, amenazó el lunes con aplastar cualquier protesta por los disputados resultados de las elecciones presidenciales, advirtiendo a los manifestantes que se preparen para "una confrontación revolucionaria" si deciden salir de nuevo a las calles.


Por su parte, la máxima autoridad electoral del país, el Consejo Guardián, reconoció irregularidades de votación en 50 distritos electorales en los comicios del 12 de junio, la admisión más grave hasta ahora por parte de las autoridades de problemas electorales que la oposición ha etiquetado de fraude.

El Consejo insistió, sin embargo, que los problemas no afectan el resultado de la votación. El organismo electoral dijo al presidente Mahmud Ahmadinejad que ganó de forma abrumadora.

La Guardia Revolucionaria, en una declaración colocada en su portal de internet, advirtió a los manifestantes que estén "preparados para una resolución y una confrontación revolucionaria con los Guardias, el Basij y otras fuerzas de seguridad y disciplinarias" si prosiguen con sus manifestaciones casi diarias.

El Basij es una temida milicia integrada por elementos vestidos de paisano que opera bajo las órdenes de la Guardia Revolucionaria.

El Basij ha sido utilizado para sofocar protestas callejeras que estallaron después de que se anunció el resultado de la elección presidencial. Han muerto 17 manifestantes por lo menos, según un balance oficial iraní.

En su comunicado, la Guardia Revolucionaria ordenó a los manifestantes que pongan "fin al sabotaje y los disturbios" y dijo que su resistencia es una "conspiración" contra Irán.

El líder opositor Mir Hossein Mousavi prometió el domingo seguir respaldando las protestas, reiterando que las elecciones del 12 de junio fueron fraudulentas.

Mousavi, de 67 años y quien dirige un movimiento esencialmente juvenil que busca reformas democráticas, asegura que él fue el verdadero ganador de la elección.

El líder opositor iraní prometió que va a apoyar a los manifestantes cuya semana de desafiantes manifestaciones ha sacudido el país, pero dice que no va a permitir que sus vidas sean puestas en peligro.

En declaraciones colocadas en los portales de sus aliados en la internet el fin de semana, Mousavi subrayó los peligros y dilemas estratégicos que enfrentan las multitudes que se alzaron la semana pasada para protestar contra los disputados resultados de las elecciones presidenciales.

Los resultados oficiales provocaron un extraordinario estallido de protestas callejeras - y tuvieron una brutal respuesta de la policía y el Basij.

La policía dijo en una declaración el lunes que 457 personas fueron arrestadas el sábado. No dijo cuántas habían sido detenidas el resto de la semana ni cuántas seguían bajo arresto.

Las calles de Teherán estuvieron mayormente tranquilas el domingo, pero gritos de "¡Dios es grande!" y "¡Muerte al dictador!" resonaron nuevamente desde los techos al caer la noche, un indicio de la furia contra la represión gubernamental.

El gobierno intensificó sus restricciones a la prensa independiente - expulsando a un corresponsal de la BBC, suspendiendo a la televisora por satélite Al-Arabiya y arrestando al menos a dos corresponsales locales de revistas estadounidenses.

La televisora estatal en inglés dijo que un grupo de exiliados llamado Muyahidines del Pueblo era responsable por la violencia callejera y transmitió lo que dijo eran confesiones de agentes controlados por los británicos como indicio de que el gobierno estaba listo para intensificar la represión.