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sábado, 20 de junio de 2009

Santo Domingo. "Yo robo porque hace un año me botaron de mi empleo y a esta edad no me dan trabajo, entonces de algo tengo que vivir, no puedo dejarme morir, tengo que comer". Así se expresó ayer Rafael Mejía, de 60 años de edad, quien fue sorprendido robando en el residencial José Contreras, donde según contó llevaba varios meses robando radios de carros, plantas, celulares y otras pertenencias que los propietarios dejaban dentro. Luego los vendía para comer, y como confiesa, tomarse algunos tragos de ron. "No tengo quien me dé nada y tengo que hacer algo para vivir". El mayor Omar Cabrera, Inspector de la Policía Comunitaria, reveló que Mejía tiene cinco fichas en los archivos policiales y que es recurrente en el robo de accesorios de carros. Mejía no niega su condición de ladrón, aunque lo justifica diciendo que no tiene más nada que hacer. Francisco Sánchez acusa a Mejía de ser quien le robó su planta, el radio y el porta CD de su carro. En tanto, varios moradores del sector José Contreras coinciden en que Mejía es la persona que ha mantenido en zozobra todo el entorno, robando y rompiendo cristales a sus carros. Mientras, los objetos robados por Mejía, son vendidos en una compraventa que está ubicada en la calle Rafael Atoa del sector La Fuente, cerca del puente Juan Bosch. Tiene dos hijos, uno de 16 y otro de 18, ambos viven en Nueva York y se quejó de que no lo ayudan a su manutención. "Tengo problemas de los riñones", aseguró. A Rafael Mejía lo han sometido por la misma causa en más de seis ocasiones.