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domingo, 21 de junio de 2009

La Bienal Nacional de Artes Visuales arriba a su XXV quinta edición con un programa que promoverá en el exterior a los noveles artistas
domingo, 21 de junio de 2009
Orlando Ramos .DOMINGO, República Dominicana.- Ganar un premio en la Bienal Nacional de Artes Visuales o en cualquier otro concurso no es un hecho determinante para que la persona se consagre como artista; pero sí sirve de estímulo para creadores noveles que, una vez animados, podrían continuar hasta alcanzar una estética de alto nivel.
Así lo consideran tres consagrados de la pintura vernácula que en su momento ganaron la bienal que este año arriba a 25 entregas. Las bodas de platas serán del 16 de agosto al 15 de noviembre.Para el maestro Ramón Oviedo, ganador del Gran Premio de Honor en 1974, hay dos cosas que un joven artista conquista en una bienal: dinero y reconocimiento.
Recuerda que una de las razones que más lo motivó hace 35 años fue saber que un jurado evaluó su trabajo y lo consideró merecedor del galardón, por encima de otras obras de calidad. Oviedo sentía entonces, como ahora, la necesidad de superarse a sí mismo en cada trazo sobre cada lienzo. Y le resultó.
Hoy, cuando se habla de artes visuales dominicanas, no se puede obviar su nombre.
De hecho, este año las autoridades del Museo de Arte Moderno le dedican la Bienal Nacional, mientras otras instituciones le preparan un reconocimiento.