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viernes, 19 de junio de 2009

La FAO, en un comunicado emitido en Roma, donde tiensu sede, precisó que se prevé que este año el número de víctimas del hambre aumente un once por ciento.
ROMA, (EFE).- Un total de 1.020 millones de personas pasarán hambre en 2009, lo que supone una cifra récord, según informó este viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La FAO, en un comunicado emitido en Roma, donde tiene su sede, precisó que se prevé que este año el número de víctimas del hambre aumente un once por ciento.
Para establecer estas previsiones, la FAO se ha basado en los análisis del departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Este organismo atribuye ese aumento a la crisis económica mundial, que ha originado una disminución de los ingresos y un incremento del desempleo, lo que ha conllevado una reducción en el acceso a los alimentos por parte de los más desfavorecidos.
La mayor parte de la población desnutrida del planeta vive en países en vías de desarrollo, precisó esta organización.
En Asia y el Pacífico se calcula que unos 642 millones de personas sufren hambre crónica, 265 millones en África subsahariana, 53 millones en Latinoamérica y el Caribe, 42 millones en África del norte y Oriente medio y 15 millones en los países desarrollados.
Desde la FAO se precisó que los pobres que residen en zonas urbanas serán los que tendrán más dificultades para hacer frente a la recesión mundial, ya que el descenso de la demanda de exportaciones y la reducción de la inversión extranjera directa causarán un aumento en el desempleo urbano.
No obstante, precisó que las áreas rurales deberán enfrentarse al problema que supondrá el regreso de parte de esa población urbana al campo.
Asimismo, la FAO manifestó que los países en desarrollo tendrán una menor capacidad de maniobra en esta crisis debido al rápido deterioro del contexto económico y a que las turbulencias afectan a todo el mundo de forma más o menos simultánea.
Esto limita la capacidad de recurrir a mecanismos reparadores para ajustarse a los vaivenes macroeconómicos, como la devaluación de la moneda o conseguir préstamos en el mercado internacional de capitales.