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martes, 27 de octubre de 2009

La barriada La Mosca, situada en la zona de Rafey, Santiago, es conocida por la pobreza extrema y por la plaga de moscas que genera la basura depositada en el vertedero municipal.
maSANTIAGO.-En el empobrecido barrio Santa Lucía, mejor conocido como “La Mosca”, 267 niños y niñas entre las edades de 5 a 14 años pasan hambre porque el desayuno escolar les fue suspendido, según denunció el pastor Pablo Ureña, director del programa, “Niños con una Esperanza”.
Niños de la escuela "Niños con la Esperanza".
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La barriada La Mosca, situada en la zona de Rafey, Santiago, es conocida por la pobreza extrema y por la plaga de moscas que genera la basura depositada en el vertedero municipal.
El religioso, quien ha ayudado a rescatar a cerca de 400 menores del trabajo forzado en el depósito de basura, afirmó que en lo que va del año escolar, sólo recibieron las 210 raciones asignadas en la primera semana.
Denunció que ya el año escolar llega a casi dos meses y los alumnos se ven precisados a recibir clases en condiciones precarias, situación que afecta a los estudiantes, debido a que la mayoría de ellos provienen de familias muy pobres.
En la actualidad el programa “Niños con una Esperanza” recibe una subvención económica de la Secretaría de Estado de Educación, mientras espera que el Ayuntamiento de Santiago cumpla con una promesa de ayuda hecha por el síndico José Enrique Sued, del Partido Reformista.
El basurero de Rafey provoca que el barrio cercano sufra plagas de moscas, mosquitos y cucarachas. De ahí el nombre de "La Mosca".

El predicador dijo la falla en la entrega de las reacciones del desayuno escolar comenzó en los últimos meses del pasado año escolar y que se ha extendido hasta esta fecha.
Sobre las dificultades presentadas para que los alumnos del programa reciban los alimentos asignados, Ureña dijo que se refirió a la encargada regional de Educación, Ysabel Ureña, pero la funcionaria no dio repuesta, señalando que el problema debe ser resueltos desde Santo Domingo, porque no depende de las decisiones a su alcance.
Indicó que la explicación que han dado las autoridades es que “no se ha establecido un código para cumplir con la entrega” y reclamó que se despachen las raciones mientras las autoridades y los encargados de la distribución llegan a un acuerdo para arreglar la situación.
El pastor dijo que de no normalizarse el suministro del desayuno, la asistencia de los alumnos a las clases se verá afectada debido a que el programa no cuenta con los recursos suficientes para suplir la alimentación de los 267 niños y niñas.