El primer incidente los presentaron los abogados de los imputados José Luis Montas Vargas y Andrés Tapia Balbuena pidiendo al tribunal que declare nula la acusación que presentó el Ministerio Público contra sus representados porque incurrieron en contradicciones en el escrito que depositaron en el tribunal.
También los prevenidos Augusto Daneris Andujar y Orin Clinton Gómez solicitaron al tribunal que desglosara el expediente porque deseaban ser juzgados de manera individual.
Entre ellos el nicaragüense Clinton Gómez lo sustentó en el sentido de que no quería ser juzgados con los demás imputados porque se había constituido en querellante contra los efectivos de la Marina de Guerra que lo hirieron y les dieron muerte a los otros compañeros en la noche del 3 de agosto 2008.
El Ministerio Público representado por Francisco Polanco pidió al juez Román Berroa Hiciano que rechazara los argumentos de los abogados de los imputados porque carecían de fundamento y eran contradictorios.
El abogado William Garabito pidió permiso y pretendió presentar un incidente similar pidiendo el desglose del juicio al abogado José Cime, pero el juez no les aceptó las pretensiones porque no había hecho la solicitud por escrito.
El juez subió a estrado a las 10.25 de mañana, pero el proceso resultó accidentado porque la imputada Escarle López fue trasladada a la provincia de Santo Domingo donde tenía audiencia.
El juez les atribuyó las causas a torpezas de algunas autoridades porque no había razón para trasladar la imputada a otro tribunal a pesar de que habían sido notificados con suficiente tiempo antes de la audiencia.
Una hora después el juez Berroa Hiciano reinició el proceso y comprobó que la imputada había sido trasladada al tribunal, pero su abogado Willian López no había llegado y el juez les pidió a uno de los representantes de los 25 imputados que estaban en la sala de audiencia que asumieran la defensa, pero todo guardaron silencio y obligaron el tribunal a ordenar otro receso.
