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sábado, 19 de diciembre de 2009

El vehículo al parecer tenía un problema que hizo que los gases de escape se metieran en la cabina.
Desgarradoras escenas tuvieron lugar ayer por la tarde en una gasolinera de Toa Baja, donde apareció muerta una pareja dentro de un vehículo, en lo que se sospecha puede haber sido un fatal accidente.
Según informó la Policía, la pareja llegó a las 8:05 de la mañana a la gasolinera Optimun Power, ubicada en la Carretera PR-2 a la altura del Barrio Pájaros. Permanecieron dentro del vehículo encendido hasta cerca del mediodía, cuando empleados del negocio se percataron de que el vehículo llevaba un tiempo inusualmente largo allí.
Al ver que no se movían avisaron a las autoridades. A la 1:55 de la tarde, los paramédicos comprobaron que no tenían signos vitales.
“Se chequearon las cámaras (de seguridad) y no se bajaron en ningún momento”, confirmó el inspector Manuel Portalatín Mercado, director del Cuerpo de Investigaciones Criminales de la región de Bayamón.
Los fallecidos fueron identificados como Nilda Morales Martínez, de 45 años, del barrio Pájaros, y Miguel A. Nieves Mojica, de 49 años, de Mucarabones. Ella estaba casada y él era divorciado. Trascendió que eran amigos.
“Parece que se sentaron a conversar, y poco a poco empezó a entrar el monóxido (de carbono) hasta que se asfixiaron”, dijo el teniente coronel José Morales Vázquez, comandante de la región de Bayamón.
“Ella se queda como dormida, y él queda como inclinado sobre ella”, describió Morales.
Según dijo la Policía, cuando el paramédico abrió la puerta percibió un fuerte olor a monóxido de carbono.
El vehículo, un Mazda Protegé color marrón del 1995 ó 1996 que pertenecía a Nieves Mojica, tenía un hueco en el ‘muffler’ que habría permitido que los gases de escape del motor subieran al baúl y de ahí pasaran al interior del carro por detrás del asiento trasero.
Morales Martínez habría llegado a un punto cerca de la gasolinera en otro vehículo, un Mitsubishi Lancer de su hija.
La Policía aseguró que los cuerpos no presentaban señal de violencia.
El agente Roberto Marrero Aponte y el fiscal Gustavo Vélez se hicieron cargo del incidente.
Tragedia familiar
A los pocos minutos de conocerse la desgracia, comenzaron a llegar a la gasolinera los familiares de ambas víctimas.
Los hermanos y hermanas de Nieves Mojica lloraban e intentaban consolarse mutuamente, mientras intentaban decidir la manera en que le comunicarían la desgracia a la madre. Uno de los 24 hermanos tuvo que ser contenido por otros, e incluso sufrió percances de salud.
Todo esto ocurría mientras el tapón crecía en la carretera PR-2 por la curiosidad de los conductores, y la gasolinera era reabastecida por un camión cisterna, que mantenía el área impregnada de olor a combustible.
Poco a poco seguían llegando más familiares, que sumaban gritos y lágrimas a la ya más que dramática escena.
La hija de Morales Martínez, también de nombre Nilda, atravesó la carretera de manera desaforada, cruzó las cintas del perímetro marcado por la Policía y tuvo que ser aguantada por el comandante Morales Vázquez, que no pudo evitar llevarse un par de manotazos de la adolorida hija.
No menos impactante fue la llegada de uno de los hijos de Nieves Mojica, quien igualmente saltó el perímetro entre gritos de dolor. Apenas había sido controlado el joven Nieves por los agentes, cuando llegó otro hijo de Morales Martínez, éste bastante corpulento y en traje de guardia de seguridad, e igualmente superó las cintas de advertencia y arremetió en estampida hacia donde estaban los cuerpos. Dos guardias intentaron frenarlo en vano, hasta que tuvieron la ayuda de otros tres para poder detenerlo. Eventualmente se dejó caer al suelo inmerso en llanto.
Un vehículo fúnebre llegó a la gasolinera para retirar los cuerpos. Primero retiraron a Morales Martínez. Y antes de retirar el cuerpo de Nieves Mojica, el comandante se tuvo que acercar a dialogar con el joven Nieves. Logró calmarlo un poco y le permitieron acercarse al cuerpo.
Poco después y antes que se retirar el carro fúnebre, la joven Nilda González también pudo acercarse un instante al cuerpo de su madre.