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sábado, 27 de febrero de 2010

Aseguró que la labor legisladora llevada a cabo por el Congreso Nacional correspondiente al período 2006-2010 dirigido por el PLD, ha sido inmensa y extraordinaria.
Por: Manuel Frontán

Reinaldo Pared Pérez, presidente de la Asamblea Nacional.
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, resaltó que el actual Congreso Nacional se ha manejado con un alto ingrediente moral y ético lo que ha redundado en una mejoría de manera considerable en la imagen del Poder Legislativo.
Pared Pérez, en su discurso ante la Asamblea Nacional, precisó que la prudencia, madurez y sensatez han caracterizado el accionar de las autoridades peledeístas que han tenido a su cargo la dirección de ambas cámaras legislativas en el cuatrienio 2006-2010.
Puso como ejemplo que al principio de la actual gestión parlamentaria existían determinadas organizaciones gubernamentales que eran apadrinadas o propiedad de algunos congresistas de todos los partidos, las cuales se beneficiaban de partidas presupuestarias hasta eso momento y una vez identificadas fueron excluidas definitivamente de los presupuestos subsiguientes, lo que perdura y mantiene hasta ahora.
Asimismo, el senador por el Distrito Nacional dijo que “la división política indiscriminada a que fue sometido el territorio de la República en el pasado, con la creación de numerosos municipios y distritos municipales sin criterio, fue detenida en su totalidad”.
Revolución institucional
En cuanto al componente legislativo aseguró que la labor legisladora llevada a cabo por el Congreso Nacional correspondiente al período 2006-2010 dirigido por el PLD, ha sido inmensa y extraordinaria.
“Los tratados internacionales de las más diversas materias ratificados por las autoridades congresionales de que se trata, suman más del centenar. Con solo decirles, que muchos de ellos tenían más de treinta y cuarenta años, esperando la aprobación exigida por la Constitución”, apuntó.
Dijo que donde en verdad se ha producido una auténtica revolución institucional que ha transformado en gran medida el marco legal y el funcionamiento del aparato estatal dominicano, ha sido en lo atinente a nuevas leyes de cierta trascendencia, las que suman decenas y decenas.
Destacó la de Presupuesto del Sector Público; Sobre Soborno en el Comercio y en la Inversión; Sobre Compras y Contrataciones de Bienes y Servicios con el Estado; De Implementación del DR-CAFTA; Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea; de Rectificación Tributaria; la que crea el Ministerio de Hacienda; la que crea el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo; la de Planificación e Inversión; la de Control Interno y Contraloría General de la República.
También la que crea el Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado; Sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología; de Recapitalización del Banco Central; de Eficiencia Recaudatoria; de Función Pública; nueva Ley para el Distrito Nacional y los municipios; de Aviación Civil; Sobre Energías Renovables, entre otras no menos importantes.
Transparencia y fiscalización
Asimismo, destacó lo referente a la aprobación de los contratos de transferencia de inmuebles celebrados entre el Estado Dominicano y particulares.
“Resulta, que de conformidad con la anterior Constitución del año 1966, todos aquellos contratos de inmuebles a los que nos hemos referido que sobrepasasen la suma de veinte mil pesos, debían ser sometidos a la ratificación de la Cámaras. Pues bien, cuando asumimos nuestras funciones, los contratos que se encontraban pendientes de conocimiento, superaban los seis mil. Hoy en día podemos afirmar sin ambages ni reticencia, que la labor desarrollada en esta dirección, ronda los cinco mil contratos aprobados, la mayoría de los cuales, involucran a personas de escasos recursos, ya que una gran parte de los mismos, se refieren a viviendas de apartamentos económicos y que necesitan su título de propiedad, para ser tratados y considerados como sujetos de crédito”.
Otro aspecto que se ha reforzado a lo interno del Poder Legislativo, está relacionado con la inserción de determinados textos constitucionales, que van en el sentido de incrementar las exigencias para el cumplimiento de las obligaciones, a cargo de los legisladores y legisladoras.
“Nos referimos a las previsiones contempladas en los artículos 88, 91 y 92 de la Carta Sustantiva, que plantean el deber de asistencia a las sesiones de las legislaturas", so pena de ser sometidos a juicio político en casos extremos y a la rendición de cuentas que deberán hacer cada año de su gestión, ante los electores que representan", dijo
Otro logró que citó fue a la escogencia de los actuales miembros, titulares y suplentes, de la Junta Central Electoral. “El Senado de la República, en un proceso sin precedentes en el país, que se hizo acompañar de la celebración de vistas públicas, entrevistas, evaluaciones y del escrutinio de toda la opinión pública, llevó a cabo, sin traumas ni querellas, una elección que mereció el elogio de toda la sociedad dominicana”.
Manifestó que el rol fiscalizador del Congreso Nacional, también se ha fortalecido considerablemente en el actual período legislativo, con la inclusión en la nueva Constitución de la República, de un conjunto de disposiciones en esa dirección. “No está demás recordar, que fue en el presente período legislativo, donde se celebró y llevó a cabo el único juicio político en la época contemporánea, bajo la observancia de todos los procedimientos constitucionales y legales, incluyendo la preservación del legítimo derecho de defensa de los encausados. Claro que aludimos, al enjuiciamiento de los pasados miembros de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana”.
Dijo que esos hechos ya han hablado y hablan, por sí solos al agregar que esa realidad sobre el trabajo desplegado en estos casi cuatro años, deviene en incontrastable e irrebatible. “Tal y como queda demostrado sin discusión alguna, el avance y el progreso que ha acusado el Congreso Nacional en la coyuntura a que nos hemos venido refiriendo, es innegable, absolutamente innegable, aún de aquellos, que, escudados en la mezquindad y la perversidad, se nieguen a reconocerlo”.