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jueves, 18 de marzo de 2010

Una integrante de la Damas de Blanco, un grupo femenino de disidentes, es sujetada durante una protesta en La Habana, el miércoles 17 de marzo de 2010. Agente de seguridad cubanos impidieron que las Damas de Blanco protestaran en la capital para conmemorar el séptimo aniversario de la detención y posterior sentencia de sus esposos, también críticos del gobierno comunista.

Por JUAN O. TAMAYO
Agentes de la Seguridad del Estado, policías y turbas pro gubernamentales rompieron violentamente el miércoles en La Habana una marcha de protesta de las Damas de Blanco --esposas y familiares de presos políticos-- y se las llevaron en autobuses.
Miembros de las Damas de Blanco afirmaron que los agentes y los civiles las golpearon, les halaron el pelo, las insultaron y les dijeron obscenidades.
Fotos del incidente muestran a dos de las mujeres siendo arrastradas por las manos y a otra inmovilizada con una llave en el cuello por una miembro del Ministerio del Interior cuando se resistían a montar en los autobuses.
Varias de las mujeres, incluyendo a la madre de Orlando Zapata Tamayo, el preso político que murió el mes pasado tras una prolongada huelga de hambre, fueron a un hospital para ser tratadas y pedirle a los médicos que certificaran sus magulladuras.
Según declaraciones de Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, a la página de internet Diario de Cuba, los médicos indicaron Rayos X a cinco mujeres. La propia Pollán tiene un brazo enyesado desde un dedo hasta el codo.
Afirmó que una de las Damas de Blanco, Mayra Morejón, fue remitida a cirugía, pues ‘‘presenta una contusión en el cuello, muy cerca del cerebro''.
Otras tres mujeres están usando cabestrillos y una tiene un "fuerte golpe en un ojo'', amplió Diario de Cuba. Los médicos, que no entregaron certificados, dijeron que había que inyectarlas para mitigar el dolor, pero las Damas de Blanco se negaron.
Pollán fue al hospital por un posible dedo fracturado, informó Soler. Reina Luisa Tamayo, la madre de Zapata Tamayo, sufre de ansiedad y fue a tomarse la presión.
"Ha habido mucha violencia en el día de hoy'', declaró con voz cansada a El Nuevo Herald Alejandrina García, esposa de Diosdado González Marrero, que cumple una condena de 20 años.
Fue el segundo día consecutivo en que las fuerzas del gobierno hostigaron a las Damas de Blanco, que están protagonizando una semana de marchas callejeras y otros eventos para marcar el aniversario del encarcelamiento de 75 disidentes en el 2003. Aparentemente, el incidente del martes sólo había implicado agresiones verbales.
El ataque del viernes fue mucho más duro, sin embargo. García dijo haberse sentido asombrada de la forma "muy descompuesta y muy violenta'' en que fueron tratadas por unos 100 policías de uniforme y civil, así como por agentes del Ministerio del Interior, muchos de ellos mujeres, y unos 200 civiles.
Los agentes de Seguridad del Estado golpearon a algunas de la las mujeres con los llamados "golpes técnicos'', indicó Berta Soler, miembro de las Damas de Blanco, refiriéndose a golpes tipo karate que se supone no dejen marcas.
"Algunas de nosotras fuimos arrastradas y metidas a golpes'' en los autobuses por agentes de la Seguridad, añadió Soler por teléfono, mientras que los civiles les halaban los pelo, las pellizcaban y les gritaban consignas gubernamentales e insultos a pocas pulgadas de sus caras.
Soler precisó que unas 45 miembros de las Damas de Blanco se habían reunido el miércoles para una misa a las 11 a.m. en la iglesia de Santa Bárbara, en Párraga, en el sur de La Habana, para honrar a Zapata y al disidente Guillermo Fariñas, que está en huelga de hambre demandando la liberación de presos políticos.
Las mujeres, con sus tradicionales ropas blancas y flores en la mano, marcharon varias cuadras hacia la casa del disidente Orlando Fundora, quien también --se ha informado-- está en huelga de hambre, mientras algunas coreaban: "¡Libertad, libertad!''