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miércoles, 7 de julio de 2010

Por; Manase Mercado Almonte.
La humildad es una de las cualidades que todo ser humano y líder moderno debe poseer o tener para que su vida diaria sea más dinámica y aceptable en la sociedad, los lideres latinoamericanos que están de moda hoy en día carecen en su gran mayoría de esta cualidad, siendo estos lideres en gran parte jefes de Estados y de Gobiernos.

La humildad es una cualidad que no nos quita nada en común, por el contrario nos aporta un desarrollo integral, moral y social que nos hace ser más grandes como personas.

Dentro de esos líderes que ha dado Latinoamérica puedo citar el caso más reciente, y me refiero al recién instalado presidente de la Republica del Uruguay, el Sr. José (Pepe) Mújica, este hombre con una grandeza humana extraordinaria, pasó más de catorce años de su vida como prisionero en condiciones extremas, este ejemplo que nos da el Sr. Mujica deberían todos los demás lideres latinoamericanos de imitarlo y dejar de pasar todo el tiempo hablando bonito y haciendo alarde, muchos de su poder, otros de su intelecto y otros de su brutalidad, que en ninguno de los casos aportan nada al desarrollo de su país y mucho menos incentivan un proyecto de nación claro y definido.

Este líder pasa de ser un dirigente estudiantil a guerrillero, luego a prisionero y de ahí en adelante a ocupar cargos públicos, tales como legislador, ministro de agricultura y finalmente presidente, sin notarse cambio alguno en su comportamiento.

¿Por que la idea de alinearse a grupos armados como guerrillero?, algunos recordaran la crisis por la que pasó Latinoamérica con aquello de los gobiernos dictadores y militares durante las décadas de los sesenta, setenta y los ochenta, este grupo de dictadores que no les temblaba el pulso en nada para arrodillar a todo aquel que no estuviera de acuerdo con sus ideas, se valían de todas las formulas habidas y por haber para hacer predominar su poder, como se hace en estos regimenes despóticos y criminales.

En estos casos tiene alguien que levantar la bandera de la oposición y decirles que no se está de acuerdo con su forma de gobernar o de la forma como se están dirigiendo los destinos de la nación, y sobre todo decirles que hay hombres y mujeres dispuestos y dispuestas a luchar por la libertad y el derecho de opinar y de estar o no de acuerdo con un gobierno, eso era lo que mostraba o reflejaba el Sr. Mujica, hacerles ver a estos gobernantes, en su gran mayoría ilegales que el poder es para construir no para destruir.

Imagínense uno de los actuales condecorados gobernantes que hay en América Latina y el Caribe decir que su auto es un escarabajo o cepillo, creo que seria algo difícil para ellos decirlos, por lo poco humilde que son, y además porque vienen al gobierno no a servir sino a servirse, sepan que el auto del Sr. Mujica es un cepillo modelo 1987 y su salario es algo menos de cincuenta mil pesos Dominicanos debido a que los 11,545 dólares que recibe de salario lo distribuye a dos organizaciones y se queda con aproximadamente 1,560 dólares para satisfacer sus necesidades básicas, la otra parte de los 11,545 dólares que recibe de salario es donado a la coalición de izquierda frente amplio y al plan de viviendas que el propio Sr. Mujica impulsa, pero lo más gracioso y hermoso de esto es que aun siendo presidente no vive en un palacio, ni en una mansión, vive en su granja de la chacra alrededor de Montevideo, y para sorpresa de muchos todavía conduce un tractor para labrar la tierra que tiene, para producir flores y otros rubros agrícolas.

La carrera del señor Mujica de dirigente estudiantil, de líder guerrillero, de prisionero, de legislador y ahora presidente, aun así con todo eso mantiene una vida humilde y normal como la que lleva todo ciudadano común y corriente, que nadie puede decir que los cargos lo han corrompido, y mucho menos que los cargos se le hayan ido a la cabeza, con todo esto lo más importante de este gran ser humano es su humildad.

El Sr. Mujica no es un presidente retaliador ni rencoroso, es un presidente para los uruguayos, perdona a sus opresores y no quiere vengar nada de todo lo que le hicieron en el pasado, que lo obligo a pasar más de catorce años en los oscuros calabozos de las cárceles públicas de su país, su único compromiso es con los uruguayos hombres y mujeres decididos a luchar por una mejor nación.

Ojalá nuestros presidentes copiaran el ejemplo del presidente de la Republica del Uruguay, un ejemplo de un hombre sin ambiciones de dinero, un ejemplo de un hombre que solo le importa trabajar por el pueblo de Uruguay sin retaliaciones, sin venganzas y perdonando a todo aquel que le hizo daño en el pasado, su único objetivo es luchar junto al pueblo de Uruguay.