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jueves, 29 de julio de 2010

"Todavía no puedo creer que estoy en un país libre", dijo el disidente cubano Ariel Sigler esta tarde en una rueda de prensa convocada junto al equipo médico que lo atiende en el Jackson Memorial Hospital de Miami.
Los doctores Orlando Rodríguez y Alberto Ramos, del Jackson Memorial Hospital, son los encargados de velar por la salud del disidente cubano. Ambos estiman que Sigler, quien vino a los Estados Unidos con una visa humanitaria, tiene daños en la columna vertebral y su rehabilitación puede tomar entre 6 meses y un año. Sin embargo, advirtieron que todavía tienen que practicar varios exámenes para diagnosticar la extensión del daño sufrido por Sigler mientras estaba en la cárcel en Cuba y sus posibilidades de recuperación.
Por su parte, el disidente cubano confirmó que su esposa está tramitando el permiso de salida de Cuba y que en su caso las autoridades le dieron un permiso de salida definitivo, lo cual significa que no puede volver a la isla.
El miércoles, Sigler mostró sus enflaquecidas piernas, atrofiadas por largos períodos de inmovilidad. Debido a una polineuropatía agresiva, un daño neurológico que disminuye la sensibilidad en cualquier parte del cuerpo, necesita llevar un collar ortopédico. Las rigurosas condiciones que sufrió en la cárcel motivaron constantes protestas de la disidencia interna y organismos internacionales de derechos humanos.
Líder del Movimiento Opción Alternativa, Sigler fue liberado el 12 de junio, semanas después de que el gobernante Raúl Castro y representantes de la Iglesia Católica iniciaran un histórico diálogo para tratar el tema de los prisioneros políticos. Hace dos meses recibió una visa para viajar a Estados Unidos.
Sigler fue detenido y condenado en el 2003, tras la ola represiva conocida como la Primavera Negra. De los 21 presos de esa conocida causa liberados recientemente, Sigler es el único que ha llegado a Estados Unidos. El resto se encuentra ya en España.