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jueves, 30 de septiembre de 2010

La historia de los problemas del callejón ha venido escalando desde hace algún tiempo

Por Javier Ferreira



miércoles 29 de septiembre de 2010


La sangre de Arístides Hernández corrió en el callejón


El litigio por este callejón en el barrio de Acapulco en Río San Juan puro parar en muerte


Impactos de bala se observan en el callejón de Acapulco


El señor Arístides Hernández descansa en su residencia de Acapulco Fotos: Javier Ferreira


Río San Juan.- Arístides Hernández vivirá para contarla. Tras el paso por tres hospitales, desangrado y con una dolorosa secuela de un balazo en la pierna izquierda, el hombre podrá retornar pronto al barrio Acapulco, en Río San Juan.

El balazo fue el único que dio en el blanco, de los cinco que le disparó un airado vecino que responde al sobrenombre de "Flor" y que tiene por nombre verdadero el de Florentino García. Según cuentan los vecinos, el violento desenlace de este martes fue el resultado de un viejo problema de patios y callejones.

El baleado y su agresor llevaban algún tiempo en litigio por un callejón en que colindan sus propiedades y que según versiones de los lugareños permitía el paso a otros vecinos que viven detrás de la propiedad. "Flor" no quería el callejón abierto y, a pesar de que existían varias ordenes de las autoridades para que así se mantuviera, decidió cerrarlo por la fuerza.

La historia de los problemas del callejón ha venido escalando desde hace algún tiempo.

Se sabe que el ayuntamiento había enviado un ingeniero al lugar para hacer las medidas del terreno, que la Fiscalía estaba ventilando el caso, que la policía había recibido orden de abrir el trillo, y que hasta al alcalde se le había solicitado mediar.

Tras la protesta de Arístides por su acción de cerrar a la fuerza, al parecer, "Flor" decidió tomar el asunto en sus propias manos, resolver 'a lo macho' buscando una pistola, de la cual por cierto no tenía permiso. El resultado fueron cuatro balazos en la tierra y uno en el muslo de Arístides. Tras ver la sangre correr, "Flor" salió huyendo, aunque versiones no confirmadas dan cuenta de que fue a entregarse en el destacamento de Nagua.

A Arístides tuvieron que llevarlo de emergencia al Hospital local, luego al de Nagua, del cual fue referido al Darío Contreras en la ciudad de Santo Domingo. Y así culminó ese capitulo de la reyerta por el callejón de Acapulco.