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lunes, 11 de octubre de 2010

La madre adoptiva de Joanny Lohara Tavarez Rosario, la joven francomacorisana cruelmente asesinada el 6 de noviembre de 2009 en San Francisco de Macorís, reveló en la Z101 que en ese pueblo lo que se rumora es que María Magdalena (Elena) Marizán Flores tiene todo listo para huir esta noche en una lancha rápida que la esperará en la costa de Río San Juan.

La preocupación de la familia de Lohara es válida, dado que ya tiene un mal precedente cuando la Corte de Apelación de San Francisco de Macorís cambió la medida de coerción a Marizán Flores, acusada de ser autora intelectual y material del hecho, de prisión preventiva por el pago de una garantía económica, presentación periódica e impedimento de salida.
“Allá se dice que esa Corte de Apelación está comprometida en ese caso. Primero la liberó; segundo, se inhibió; y tercero, vuelve y la libera, cuando el mismo Subero Isa (presidente de la Suprema Corte de Justicia) dice que si no se han movido (cambiado) los presupuestos, no se puede cambiar la medida (de coerción)”, dijo Bélgica Abreu, madre adoptiva de Lohara.

Abreu dice que sus abogados no se explican cómo la Corte de Apelación, que alegó no estaba enterada de la extensión de la prisión preventiva, estando en medio de un juicio de fondo, cambió la medida de coerción, “cuando un caso está cerca del juicio de fondo no hay variación”.

“Ya tenemos once meses, de una manera pacífica, hemos estado del lado del orden y entendemos que la justicia no debe estar del lado del caos; y no estar del lado del caos, es hacer las cosas de transparencia”, señaló Abreu.
El móvil del asesinato
Aunque una tortura y muerte como la que sufrió Lohara no se justifica bajo ninguna circunstancia, lo que alegan la familia y amigos de Lohara es que Elena Marizán mandó a matar y hasta participó en el asesinato de la joven estudiante de arquitectura porque ésta era amiga del novio de Massiel, hija de Marizán, a quien esa familia no quería por considerarlo un delincuente.
“Ella amenazó mucho a Lohara y la amenazaba porque no quería que se juntara con su hija”, dijo Abreu En El Gobierno de la Mañana.
Nadie quiere atestiguar por miedo
La barra de la defensa de negó a que Jariel Rosario Ramos declarara en el juicio de fondo, la única persona en el expediente acusatorio dispuesta a declarar en contra de Marizán.
El joven, que cuando ocurrió el crimen era menor de edad, declaró en el juicio de fondo que fue contrato por Elena Marizán, quien le ofreció 2 millones de pesos para que le ubicara a Lohara y la atrajera hasta los que serían sus asesinos.
Él cumplió su parte, pero declaró en el juicio que andaba en una passola (motor de dos ruedas) y que cuando llegó al lugar indicado donde sería asesinada Lohara, ya la joven estaba inconsciente producto de los golpes que habría recibido.
Los presuntos asesinos: el ex sargento de las Fuerzas Armadas, Gerónimo Santana Villanueva; Elvio Alcántara y Alfonso Brito, viajarían desde La Vega a San Francisco de Macorís en un taxi conducido por Juan Alberto Paulino Concepción (también asesinado).
Tampoco quiso atestiguar un pintor que cuando vió el cadáver de Lohara en la lona que fue dejado en la carretera La Ceja, reconoció el objeto como el que utilizó en la casa de Elena Marizán cuando pintó un mueble sobre él. La lona tenía restos de pintura, pero desapareció misteriosamente a pesar de haber sido ingresado como elemento de prueba.
Uno que le dijo a su asesino, El Guachi, que no iba a hablar, pero de cualquier forma fue asesinado, fue el agente de AMET, Ambiorix Valerio. El Guachi, un reconocido delincuente de San Francisco de Macorís, está acusado de matar al AMET cuando éste llegaba a su casa y también aparece implicado en la muerte de Lohara.
“Ese muchacho estaba trabajando en una oficina cuya pared divide a esa oficina con la casa de Elena Marizán. Ellos dicen que ese muchacho escuchó unos gritos y que le preguntó a la señora (Elena Marizán) que si ella necesitaba ayuda, y ella dijo que no, que eran sus hijas que estaban peleando.
Pero, supuestamente, él hizo un comentario al día siguiente, le dijo al vigilante de ella que ahí se oían ayer unos gritos de ultratumba aunque ella dice que ahí no pasaba nada. Ese mismo día apareció muerto”, comentó Bélgica Abreu a www.Z101Digital.com.
Cuenta Abreu, que un motorista que transportó a El Guachi al hospital, porque el AMET alcanzó a herirlo, también fue asesinado, apareció con 16 heridas de bala, así como un presunto acompañante del taxista que a pesar de andar con un chaleco antibalas, por el miedo que tenía, fue asesinado de un balazo en la cabeza.
La familia Tavarez Abreu logró recabar todas estas informaciones aún con comprobadas gracias a una investigación privada que pagaron.
El asesinato
Fue raptada a las 6:00 de la tarde del 6 de noviembre de 2009, cuando salía de la universidad para ir a pernoctar a la casa de su madre biológica, y fue torturada constantemente por espacio de 6 horas, hasta perecer a eso de las 1:00 de la madrugada del 7 de noviembre, de acuerdo al informe forense.
Fue herida con una tijera en los senos y debajo de las axilas, pateada, golpeada en la cabeza hasta fracturarle todos los huesos de la cara, ahorcada, entre muchos vejámenes más.
Su cuerpo torturado fue encontrado en la carretera La Ceja al día siguiente el mismo día 7 de noviembre del año pasado.
Los efectos de este horrendo crimen
El cruel y despiadado asesinato de Joanny Lohara Tavarez Rosario ha consternado a toda la nación, en especial a los francomacorisanos, que se han lanzado a las calles en marchas, protestas, vigilias, para que este crimen no quede impune.
Las consecuencias, no sólo jurisprudenciales, se pueden observar en la familia de Lohara. Su madre biológica, quien sufre de hipertensión y del corazón, enferma a cada momento al no poder soportar la muerte de su hija y el manejo que se ha dado al caso en la justicia.
La pareja compuesta por Virgilo Tavarez (padre) y Bélgica Abreu (madre de crianza), ya no es la misma. Ambos no pueden dedicarse a trabajar porque alguien tiene que asumir el seguimiento al caso, por lo que Abreu decidió sacrificarse, “yo la crié desde chiquitica”.
Él es ingeniero y arquitecto y ella ingeniera y mercadóloga, y han visto su vida emocional y económica desvanecerse con esta tragedia.
Hasta el servicio doméstico se le fue despavorido por miedo a que quienes mataron a Lohara entren a la casa y le hagan lo mismo a quienes estén en ella. Y no se atreven a contratar a otra persona por miedo a que se le infiltre alguien pagado por la que creen la autora intelectual y material de Lohara, Elena Marizán.
Las hermanas de Lohara
“Mis hijas, yo tengo una de las niñas que se soñaba que la agarraban y le hacían lo mismo, inclusive, que la violaban; a ella no la violaron (se refiere a Lohara). Y ella lo que hacía era que ella se picaba (en sueño); ella prefería ella misma destruirse antes de que le hicieran daño”.