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jueves, 14 de octubre de 2010

Vanderhorst recordó que en los años noventa, cuando el Tratado de Libre Comercio fue negociado de manera individual con Centroamérica, el país era un mercado mucho más atractivo y grande que el de los países centroamericanos, pero ellos tenían mucho más experiencia en comercio exterior.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El director del Consejo Nacional de Competitividad interpretó este miércoles las amenazas comerciales de Costa Rica como una táctica para forzar al país a negociar la competencia desleal (dumping) descubierta en varias de sus exportaciones a la República Dominicana.

Andrés Vanderhorst Álvarez se refirió a la ministra de Comercio costarricense, Anabel González, quien, para justificar sus amenazas atribuyó previas faltas al país, al que dijo que hará cumplir el TLC bilateral “a las buenas o a las malas”.

El diferendo surgió luego que las autoridades dominicanas impusieran medidas de salvaguardas tras conocerse que tanto Costa Rica como Guatemala benefician con un seis por ciento sus exportaciones de sacos de polipropileno, abonos, fertilizantes y jugos.

El funcionario descartó toda posibilidad de éxito a la demanda que Centroamérica ha presentado contra Republica Dominicana ante la Comisión de Practicas Desleales de la OMC, con sede en Bruselas, y recordó que estas medidas de salvaguardas previstas en el tratado tienen un período de vigencia de un año.

Vanderhorst recordó que en los años noventa, cuando el Tratado de Libre Comercio fue negociado de manera individual con Centroamérica, el país era un mercado mucho más atractivo y grande que el de los países centroamericanos, pero ellos tenían mucho más experiencia en comercio exterior.

Explicó que ante esa realidad, Centroamérica, viendo a la República Dominicana como un gran destino de consumo, comenzó a invertir en el país de manera significativa y a traer muchos productos.

“Por qué la ministra amenaza, porque no pueden hacer lo mismo con nosotros. Si hubiésemos exportado a la par una gran cantidad de productos dominicanos a Costa Rica o a Centroamérica, ellos habrían puesto esa misma medida (la salvaguarda) y el juego se habría trancado para forzar una negociación, pero al no ser sustancial la exportación nuestra a Centroamérica, ellos ven que están perdiendo terreno”, explicó.

Por esas circunstancias el director del Consejo Nacional de Competitividad consideró como un acto “legitimo de desesperación comercial”, de defensa de los intereses de los empresarios de centroamericanos la reacción costarricense, pero pronosticó que ese asunto tendrá pronta resolución.

Vanderhorst comentó empero que en otros países de más tradición comercial estas diferencias son frecuentes, normales, por lo que al ser la primera vez que se verifican aquí se las toma cual si fuera “una voz de guerra”.

Recordó que cuando se asumen los tratados se establecen mecanismos de resolución de controversias, por estar demostrado que el mercado no se autorregula, tiene que ser normado por mecanismos legales como la comisión de prácticas desleales de comercio.

En algunos casos está demostrado que países con prácticas desleales, entre los que citó también a El Salvador, otorgan incentivos fiscales a sus exportaciones en violación a las normas de la OMC.

“Cuando eso ocurre en el país se notifica al Ministerio de Industria y Comercio a través de la Dirección de Comercio Exterior (Dicoex) y Aduanas acoge de manera unilateral esa medida e impone un arancel provisional, en este caso de salvaguarda, paralelo a una notificación a la OMC.

“Por este procedimiento, hablar de que Costa Rica demanda no es correcto, pues República Dominicana ya había notificado el caso a la OMC. Costa rica no tiene que amenazar sino también ir a la OMC y demostrar que no es así, caso en el cual la OMC quita la salvaguarda. Pero si no puede demostrarlo, viene entonces el mecanismo de la negociación”, explicó el funcionario.

Vanderhorst lamentó que el país no haya aprovechado cuanto debía ese tratado con Centroamérica y también el de CARICOM.

Recordó que la industria nacional es que puede exportar a Centroamérica, pero deploró que ella no esté en condiciones estructurales ni culturales para exportar sino para abastecer al mercado local, debido a que se constituyó sobre la base de leyes de incentivo específicamente a finales de los sesenta, cuando la Ley 299 de Incentivo Industrial.

Observó que al cambiar las reglas del juego el Estado tiene que propiciar costos eficientes sobre todo de energía eléctrica y transporte, además de otro problema que es la productividad interna. Reveló que un estudio comparativo de las industrias de Centroamérica y de República Dominicana determinó por los niveles de clasificación ISO de calidad, que el país está muy por debajo de sus competidores centroamericanos.

Dijo que es evidentemente que si nos comparamos con Centroamérica tendremos ventajas y desventajas que en los casos de Costa Rica y Guatemala tienen un precio de energía menor, sobre todo en lo fabril, mientras que en el país la electricidad es un dogma, una vergüenza nacional.

Por todo ello sugirió a las autoridades no caer en el juego de la amenaza de la ministra que con ello trata de buscar otros mecanismos de negociación y de presión, conociendo que al presidente Leonel Fernández no le agradan esos escándalos.