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miércoles, 9 de febrero de 2011

Nagua, 8 Febrero 2011, 11:32 PM.- Mal común. Se desconoce cuántos dominicanos viven a orillas de los ríos, pero lo que se sabe es lo común de ver barriadas completas que viven de espalda al río, contaminándolo con diferentes tipos de desechos.
El rescate de la degradación y la contaminación de los ríos sigue siendo un tema pendiente en la agenda ambiental de la República Dominicana. Para muestra está el caso del río Nagua, en la provincia María Trinidad Sánchez, tal como se evidencia en esta foto crónica del reportero gráfico Napoleón Marte.
Poco a poco el río ha sido tomado por empobrecidas familias que hacen rellenos para crear solares en donde, posteriormente, levantan sus casuchas.
Primero ponen estacas de madera en el lodo del río, luego le colocan los neumáticos en forma de collar. Posteriormente hacen una especie de cuadro o de pequeño solar que rellenan con tierra y basura.
Como las casuchas que se construyen no tienen baños o letrinas, los residentes lanzan al río las heces fecales y todos sus desechos domésticos, como se ve claramente en las gráficas.
Pero para algunos de los residentes en esta parte de la desembocadura del río Nagua, su fuente principal de sustento es la pesca, por lo que, paradójicamente, están “matando la gallina de los huevos de oro”.
Al parecer estas familias no sienten preocupación alguna ante la enfermedad del cólera, la cual se produce por la contaminación de las aguas por contacto de una bacteria presente en las heces fecales.
La mayoría de las márgenes de los ríos del país están ocupadas por viviendas, comercios e industrias, aumentando los niveles de vulnerabilidad a inundaciones y deslizamientos en que vive parte de la población dominicana.
Esta vulnerabilidad social se suma a la natural que nos ha colocado en la ruta de huracanes.
Cabe destacar la política de rescate de espacios naturales que ejecuta el ministro de Medio Ambiente y Recursos y Naturales, Jaime David Fernández Mirabal, a través de la cual han sido recuperadas zonas degrada das y puestas en condiciones para el disfrute del público.
Pero la agenda es larga y su ejecución amerita un amplio concurso para conservar el patrimonio natural común.
LAS CLAVES
1. Censo
Una de las novedades del Censo de Población y Vivienda levantado el año pasado, y cuyos resultados aún no han sido presentados, es la determinación de la cantidad de personas que viven en condiciones de vulnerabilidad.
2. Falta ley
Una de las debilidades del país es la falta de un plan de ordenamiento territorial que organice los espacios en función de sus usos definidos, tal como ordena la ley ambiental. Esa tarea está asignada al ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo