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sábado, 28 de mayo de 2011


Tres ex presos políticos cubanos y 15 familiares que viven en el norte de España están amenazando con una huelga de hambre a menos que las autoridades resuelvan las condiciones “caóticas” de su exilio que, según afirmaron, están muy por debajo de la bienvenida prometida por el gobierno español.

“Nos están tratando como unos simples inmigrantes”, dijo Erick Caballero, uno de los más de 100 presos políticos puestos en libertad por Cuba durante el pasado año luego de que ellos acordaron ir directamente de la cárcel a Madrid.

El gobierno socialista español prometió un amplio rango de beneficios a los ex presos y a casi 900 de sus familiares, pero muchos se han quejado de que han sido prácticamente abandonados desde que llegaron a España.

Las quejas más recientes provinieron de Caballero, quien llegó allí el 8 de abril y, conjuntamente con otros dos ex presos políticos, otros 15 adultos y seis niños fueron enviados a un centro de recibimiento de inmigrantes de la Cruz Roja Española en Torrelavega, en la provincia norteña de Cantabria.

Caballero dijo que él y los otros 17 adultos se declararán en huelga de hambre si las autoridades no pueden resolver sus quejas.

“Las atenciones con nosotros han sido caóticas”, dijo a El Nuevo Herald.

Agregó que los cuidados médicos han sido difíciles de procurar – una mujer que recibió tratamiento contra el cáncer en Cuba y ahora tiene dolores no pudo conseguir una cita con un médico hasta el año que viene – y algunos de los recién llegados no han podido asistir a seminarios para hallar empleo porque no hay dinero para el transporte.

El dinero prometido para gastos de 49 euros al mes, alrededor de $70, no se les entregó hasta la semana pasada, añadió Caballero. De igual modo, los 177 euros prometidos para ropa sólo se les han entregado a algunos de los recién llegados.

La comida en el centro para refugiados, un antiguo hospital de maternidad, ha sido terrible, y sus actividades están rígidamente reglamentadas.

“Yo salí de una prisión de máxima seguridad, y aquí ponen horario para todo: bañarme, comer, salir, la tele”, dijo Caballero.

Los esfuerzos de El Nuevo por hablar con el director del centro de refugiados fueron en vano, pero funcionarios del gobierno español han admitido previamente la existencia de demoras y otros problemas con los beneficios para los cubanos recién llegados, y culparon de ello a la crisis económica del país. El índice de desempleo en España supera ampliamente el 20 por ciento.

Caballero fue arrestado en el 2005 y condenado a 6 años y medio de cárcel acusado de “propaganda enemiga” y de dañar la propiedad del Estado. Salió de Cuba en el avión fletado que llevó a España a los últimos presos políticos puestos en libertad y sus parientes, alrededor de 200 personas en total.

Las liberaciones fueron parte de un acuerdo con el gobierno de Raúl Castro, anunciado el verano pasado por la Iglesia Católica de la isla, para poner en libertad a un gran número de presos políticos. El gobierno español acordó recibir a todos los presos con sus familiares.