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martes, 25 de octubre de 2011

Londres.- La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) pidió este martes a las autoridades de la República Dominicana reformas urgentes de sus fuerzas del orden a fin de afrontar los alarmantes casos de muertes y torturas.

En un informe divulgado hoy, AI señala que ha podido documentar, después de varias visitas al país, casos de muertes, torturas y malos tratos por parte de la policía.

“Las autoridades deben garantizar que los responsables de las muertes y las torturas respondan ante la Justicia y que se toman medidas para cambiar las políticas y las prácticas que permiten que ocurran estos abusos”, afirmó el jefe de la delegación de AI en la República Dominicana, Javier Zúñiga.

“El punto de vista oficial sigue siendo el que las violaciones de los derechos humanos son cometidas por unos pocos oficiales corruptos y nada profesionales”, añade Zúñiga.

Entre enero y julio de 2011, 154 personas murieron a manos de la policía en la República Dominicana, según la Fiscalía, en comparación con los 125 en el mismo periodo de 2010.

Las estadísticas de la Fiscalía muestran que el diez por ciento de todos los asesinatos contabilizados en 2010 fueron cometidos por la policía, dice AI, que aclara que agentes del orden también han perdido la vida.

La gran mayoría de los casos de muertes, agrega, se produjeron por un “intercambio de fuego” con sospechosos criminales.

Sin embargo, en muchos casos, las pruebas forenses apoyan las denuncias de que los agentes dispararon con la intención de matar.

Amnistía también informa de que los sospechosos de actividades criminales fueron amenazados con la muerte y la privación de alimentos mientras estaban en custodia policial.

Algunos de ellos tenían bolsas de plástico en la cabeza, afirma la organización, que añade que son pocos los casos que llegan ante la Justicia o son investigados.

“Reconocemos que los agentes suelen afrontar un grave peligro mientras hacen su trabajo. No obstante, creemos que en realidad su conducta hace recrudecer la violencia y crea un clima en el que los derechos humanos son totalmente ignorados”, añade Zúñiga.