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jueves, 15 de diciembre de 2011

Por Víctor Gómez Casanova
El promedio de edad de quienes dirigiesen e integrarían el comando de campaña fuera menos de 40 años. Eduardo Sanz Lovaton, Andrés Lugo Risk, Robert Polanco, Joel Díaz, Andrés Martínez, Cristian Castro, Kalil Michel, Juan Carlos Guerra, Ricardo Oviedo, Amín Vásquez, José Ignacio Paliza, Enmanuel Bautista, entre otros muchos jóvenes del PRD serían los actores de primera línea de esa campaña, con la asesoría y el adiestramiento de los viejos robles, pero con los jóvenes dando la cara y siendo los principales voceros del discurso del Candidato, lo que significaría una muestra de estar en sintonía con la sociedad dominicana de hoy, que pide un relevo generacional entre sus dirigentes y presentando un PRD renovado ante un electorado cuyo 67% tiene menos de 40 años de edad.


El papel de las mujeres fuera más protagónico y determinante. No solamente Yadira Henríquez estuviese dando la cara por la mujer de PRD. Peggy Cabral no estaría relegada a un segundo plano. El papel de Janet Camilo como Presidenta de FEDOMUSDE fuera más relevante. Annie Felipe no se hubiese ido a apoyar al Candidato del PLD. La alcaldesa más jóven del país, Kimberly Taveras, de La Guáyiga, estuviese en la primera línea de campaña. Ginnette Bournigal, Melania Salvador, Agnne Berenice Contreras, Angelita Peña, Altagracita Tavarez, Sandra Rosario, entre otras muchas damas del PRD serían las principales protagonistas de la candidatura opositora y así se vería un PRD remozado y en sintonía con un electorado compuesto en más de un 50% por mujeres.
Más de la mitad de los partidos minoritarios, hoy aliados al partido de gobierno, estuviesen pactando con el PRD para llevar a Miguel Vargas a la presidencia. Vincho, Pelegrín, Vinicito y toda la familia de la Fuerza Nacional Progresista (FNP) no tendrían argumentos para su discurso anti PPH. Hatuey De Camps estuviese de nuevo al lado del PRD, apoyando a su compadre y pupilo político. Los diputados, alcaldes, regidores, presidentes de regiones, de zonas y los principales dirigentes de la estructura del partido blanco se sintiesen apoderados legítimos de la candidatura presidencial.
Nuestros adversarios no harían chistes ni intentarían desacreditar nuestra propuesta electoral. Sus discursos, declaraciones y expresiones no serían motivos de malas interpretaciones. No se le podría hacer campaña sucia ni negativa. Las caricaturas no tendrían argumentos para ridiculizar la propuesta electoral de nuestro partido.
El Ing. Hipólito Mejía, Luis Abinader, César Cedeño, Guido Gómez Mazara, Tony Peña Guaba y todos los que hubiesen trabajado a favor de otra propuesta interna, fueran respetados, valorados, invitados a integrarse con dignidad y a la altura que les corresponde a los trabajos de campaña. Y lo más importante, no habría ni que hacer elecciones. El PRD ganaría de calle, porque el objetivo principal fuera ganar las elecciones, no hacerle daño a nadie ni irrespetar, golpear ni mucho menos echar a un lado, marginar, ni sacar a ningún compañero del partido.