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martes, 13 de marzo de 2012

El sondeo destaca, además, que el 60 por ciento de los dominicanos aprueba el trabajo que ha realizado el mandatario Leonel Fernández. Aún entre partidarios del PRD, casi un tercio aprueba su trabajo como Presidente.
SANTO DOMINGO.- Aunque el 64 por ciento de la población dominicana quiere un cambio, el presidente Leonel Fernández goza de altos niveles de aprobación, según una encuesta realizada por la firma Greenberg para el periódico Diario Libre.

De acuerdo al sondeo, el 60 por ciento de los dominicanos aprueba el trabajo que ha hecho el Presidente, lo que trasciende la base política de Fernández: aún entre partidarios del PRD, casi un tercio aprueba su trabajo como Presidente.

Sin embargo, el actual ambiente político es mucho más hostil que en las elecciones del 2008, en las cuales se reeligió Fernández.

Ahora el 55 por ciento cree que la República Dominicana va en la dirección incorrecta, mientras menos de un tercio ve las cosas en el camino correcto.

El aumento de la criminalidad está en la mente de los dominicanos -el 51 por ciento señala el crimen como una de sus dos principales preocupaciones, muy por encima del 38 por ciento en el 2008. Las preocupaciones económicas son también agudas: el 38 por ciento y el 26 por ciento respectivamente están preocupados por el desempleo y el costo de la vida.

En ese sentido, el presidente Fernández podría estar sobreestimando su evaluación positiva del país, particularmente sobre la situación económica. A pesar de sus altas tasas de aprobación, cerca de 6 de cada 10 dominicanos quiere ir en una dirección diferente a la que Fernández está llevando al país, y por un margen de 5 puntos (49 a 44 por ciento), los votantes están más inclinados a decir que sus finanzas personales están ahora peor que hace cuatro años.

Elecciones serán cerradas

"Estas son unas elecciones increíblemente cerradas, con pocas brechas para los candidatos", afirma Ana Iparraguirre, vicepresidente de Greenberg Quinlan Rosner, que dirigió la encuesta.

"El resultado dependerá de si Hipólito Mejía puede presentar un caso más fuerte destacando los problemas económicos y de seguridad en la República Dominicana, o si Danilo Medina puede atraer personalmente a los simpatizantes de Leonel Fernández que no están completamente detrás de él todavía", indicó.

Danilo Medina

Con 6 de cada diez votantes que aprueban el trabajo de Fernández, Danilo Medina entra a la carrera electoral con una ventaja de su lado.

Sin embargo, para romper el ambiente polarizado de los actuales comicios, Medina necesita expandir su base de apoyo, destacando sus fortalezas personales y consolidando el apoyo de Fernández a su favor. Mientras el 83 por ciento de los votantes que desaprueba el trabajo del Presidente van a votar por Mejía, sólo el 71 por ciento de aquellos que lo aprueban, van a votar por Medina.

Para el candidato del PLD existe una oportunidad de conseguir el apoyo de estos desertores de su candidatura, esto es, aquellos que dicen haber votado por Fernández en el 2008, pero que no están apoyando a Medina. Esto representa cerca del 7 por ciento del electorado y es una brecha para que Medina pueda sobrepasar el umbral del 50 por ciento.

Estos "desertores de Leonel" son más mujeres que hombres y más propensos a tener más de 35 años. También tienden a estar un poco más alto en la escala social, con casi un tercio de ellos ubicados en la clase media o más alto.

Y más importante aún, Medina puede hacer progresos con estos votantes, reconociendo su insatisfacción económica. Los "desertores de Leonel" están más preocupados con los temas económicos, como el desempleo y el costo de la vida, que el resto del electorado. 42 por ciento de los "desertores" están preocupados por el desempleo (comparado con el 38 por ciento general), y el 32 por ciento están preocupados por el costo de la vida, comparado con el 26 por ciento general.

Medina puede también atraer votantes que actualmente no lo apoyan, destacando los temas particulares en los cuales tiene ventaja.

Una mayoría del 57 por ciento cree que Medina haría mejor trabajo manejando las relaciones internacionales, superando su nivel de aprobación por 10 puntos.

Medina también tiene ventajas en los temas sociales (educación y salud), así como en temas positivos y de futuro como mejorar a la República Dominicana y traer progreso. En todos estos aspectos, Medina alcanza el 50 por ciento.

Hipólito Mejía

Mientras los dominicanos son más cautelosos al evaluar la pasada presidencia de Hipólito Mejía (sólo el 49 por ciento aprueba el trabajo que hizo), el candidato presidencial del PRD se beneficia de su más sólida reputación en los temas económicos y en la criminalidad, así como en el deseo de los votantes a favor de un cambio.

Ciertamente, cuando Mejía dejó la Presidencia, la confianza en él y en el país estaba en uno de sus puntos más bajos. En el 2003, cerca de tres cuartas partes (72 por ciento) tenía sentimientos negativos hacia Mejía. Sin embargo, el tiempo ha reducido esos sentimientos negativos a un 51 por ciento.

Los votantes recuerdan mejores tiempos bajo la presidencia de Mejía y le dan una ligera ventaja en criminalidad y costo de la vida -dos de las más importantes área para los votantes.

Mejía tiene una ventaja de 4 puntos sobre Medina en lo referente a quién haría un mejor trabajo combatiendo el crimen (46 a 42 por ciento), y un margen de dos puntos en cuanto a bajar el costo de la vida (47 a 45 por ciento).

Más de 6 de cada 10 votantes, casi la mitad de aquellos que votaron por Fernández, no ven el cambio como un riesgo. En una elección cabeza con cabeza, el 64 por ciento afirma que aunque Fernández ha hecho algunas cosas buenas, la República Dominicana necesita un cambio, contra un 34 por ciento que dice que no se puede poner en riesgo el progreso.

No obstante, Mejía no ha consolidado todavía a su favor a todos los votantes que desean un cambio. Mientras el 83 por ciento de aquellos que dicen que el país va en la dirección correcta apoyan a Medina, sólo el 69 por ciento de aquellos que afirman que vamos en la dirección incorrecta, apoyan a Mejía.