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domingo, 9 de noviembre de 2014

SANTO DOMINGO. Entre 2007 y 2012, los feminicidios dejadoron 17 huérfanos en la provincia Peravia, según un estudio realizado por la activista feminista Sheila Báez. 

De acuerdo a la investigación, los huérfanos cuentan con edades entre 11 meses y 21 años. Uno de estos fue testigo de las agresiones en contra de su madre y otro de la muerte de ésta. 

Tras la tragedia y posterior ausencia de la figura paterna, muchos de los menores quedaron con familiares maternos, por lo general abuelos y abuelas, y en su gran mayoría debieron cambiar de vivienda, vecindario y escuela. 
Las víctimas eran mujeres de 25 a 41 años, con estudios primarios y secundarios, mientras algunos de los victimarios estaban relacionados con el alcohol y las drogas. Sólo un caso concluyó con el apresamiento. 

En ese sentido, Báez considera que en el país hace falta promulgar la Ley Orgánica para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres; fortalecer las políticas de empoderamiento de las mujeres en los ámbitos legislativo, de salud, educativo y laboral; propiciar cambios culturales e ideológicos que contribuyan al desmonte de la masculinidad agresora; promover y fortalecer la articulación entre las estructuras de atención a la violencia contra la mujer y el sistema de protección de la niñez y la adolescencia. 

Este estudio fue presentado durante la VIII Conferencia Dominicana de Estudios de Género sobre el tema "Educando para la igualdad", efectuada en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), donde además surgieron otras ideas para combatir la violencia e inequidad de género que impera en el país. 

Pide sacar la enseñanza religiosa de las escuelas 
 
 
 
Para la feminista Argelia Tejada Yangüela, no se puede alcanzar la igualdad de género que establece la Constitución, si no se saca de las escuelas públicas la enseñanza de los dogmas y la aplicación de los preceptos católicos romanos. 

Para ésta, el àrea de formación integral humana y religiosa es el mecanismo a través del cual el Concordato distorsiona la educación laicista e interviene para afectar la autonomía de todas las ramas de las ciencias y humanidades. La consecuencia, considera, es la confusión de los estudiantes al confrontar paradigmas que no son conmensurables.

Destaca que el llamado "Temor a Dios", es utilizado como un detonante o motivador, tanto para el "buen comportamiento", práctica de los valores, docilidad y la aceptación del mandato de los docentes, sin "cuestionamiento", así como para justificar el abuso, expresado en maltrato físico, intelectual, emocional y psicológico".

Advierte del aumento de la desigualdad socioeconómica, la exclusión social, el grave problema de embarazos en adolescentes, y el riesgo que corren las niñas debido a una maternidad a destiempo. 

"Este hallazgo está relacionado a la oposición de la Iglesia a una educación sexual científica y su oposición al uso de anticonceptivos", explica citando los resultados obtenidos durante la Consulta a Niños y Niñas en Preparación para el Pacto Educativo, aplicada a un grupo con edades de 5 a 7 años, en San Juan de la Maguana. 

Escuelas ausentes de igualdad 

Mientras, la feminista española y experta en Coeducación, María Elena Simón Rodríguez, advirtió que la igualdad debe formar parte de los aprendizajes formales e informales dentro de la escuela.

"La escuela mixta y obligatoria ha ofrecido a niñas y niños la igualdad de oportunidades de ingreso, permanencia y egreso, pero, sin embargo, no ha desarrollado aún en su seno la igualdad de trato y de condiciones", destaca Simón. 

"Reproduce desigualdad y, por tanto, discriminación sexista, en el uso de los espacios, del material y de los instrumentos y máquinas, en la distribución de funciones, en los contenidos curriculares donde la obra humana de las mujeres brilla por su ausencia casi total, en el lenguaje corriente y en el específico de las áreas del conocimiento, en las imágenes, libros de texto y hasta en la división de tareas entre niñas y niños", agregó.

Resalta que la igualdad de trato se refiere a que el lenguaje los nombre de modo similar, a que las asignaturas y las imágenes hablen de ellas y de ellos en equilibrio, a que no se los presupongan habilidades o destrezas preferidas en función de su sexo. 

En ese sentido, recomienda la Coeducación en tres vertientes: 

Detección y crítica del sexismo

El uso de lenguajes no masculinizantes o androcéntricos para nombrar el mundo en femenino y en masculino.

La representación equilibrada de todo lo que concierne a las mujeres y los varones.