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viernes, 21 de agosto de 2015


GUAYUBIN, Montecristi. La prolongada sequía que azota el país ha provocado pérdidas millonarias en el sector agropecuario de la Línea Noroeste. Solo en el sector arrocero, se estima que las pérdidas superan los 500 millones de pesos en los últimos seis meses.
Cientos de cosecheros de arroz no han podido sembrar 110 mil tareas por falta de agua, recurso natural que no han podido usar, ni procedente de los canales de riego y mucho menos de las precipitaciones, ya que las pocas que se han registrado no alcanzan para almacenar el preciado líquido.
Aquilino Castillo, presidente de la Junta de Regantes Fernando Valerio, informó que la mayoría de los canales que suministraban agua a los cosecheros están prácticamente secos.
“Pero no solo son los cosecheros de arroz los que atraviesan por dificultades, también los productores de bananos”, subrayó Castillo.
Indicó que muchas empresas internacionales les han devuelto grandes cantidades del producto a los exportadores, ya que los guineos no han alcanzado el grado de calidad requerido, precisamente por la fala de agua. Otros cultivos que también han mermado a causa de la sequía son los de yuca, bata, plátano, piña y vegetales.
Mueren reses
En el distrito municipal de Hatillo Palma, perteneciente a este municipio, agricultores informaron que debido a la falta de agua varias reses y caballos han muerto. Dijeron que muchos ganaderos han tenido que vender a precios de “vaca muerta” sus reses, porque no disponen de alimentos para sostenerlas.
Antonio Francisco Guzmán, agricultor de 72 años, nativo del sector La Breña, por donde pasa el canal con el mismo nombre y que se encuentra seco, informó que tenía 20 tareas sembradas de yuca, batata y plátano, y que ninguno de esos rubros pudieron desarrollarse por falta de agua.
“Luego, hice una siembra de limones dulces y agrios, y tampoco pude lograr que cuajaran, esto es el mismo Demonio, no tenemos para dónde coger”, precisó Guzmán.
Dijo que el problema más grave es la falta de agua para las labores agrícolas, ya que la que necesitan para sus necesidades la compran a los camiones cisterna que acuden a la comunidad.