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sábado, 6 de agosto de 2016

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1.        John Wayne Gacy Jr. (Pogo el Payaso)
John Wayne, conocido también como Pogo el Payaso, fue un asesino serial estadounidense que hacía servicios en desfiles y fiestas infantiles, en las que mató a sangre fría a un total de treinta y tres personas, entre ellos jóvenes y niños, a quienes encerraba en un sótano y violaba brutalmente hasta matarlos. Para el momento de su ejecución en el año 1994, sus últimas palabras fueron: “¡Bésenme el culo! ¡Nunca sabrán dónde están los otros!”. Exento de remordimientos por sus actos, no tuvo ni una pizca de humildad, manteniendo hasta el último momento de su vida el repugnante ser que fue.
2. Peter Kürten (El vampiro de Düsseldorf)
La pasión desenfrenada y el placer físico que sentía por beber la sangre de sus víctimas, le hicieron ser conocido como “El vampiro de Düsseldorf”. Se le condenó a muerte por matar a puñaladas y martillazos a un total de nueve personas, llevando a cabo su ejecución el 2 de junio de 1931 en Alemania. Antes de su muerte intervino: “Dime, ¿Después de que mi cabeza haya sido cortada, voy a seguir siendo capaz de escuchar, al menos por un momento, el sonido de mi propia sangre que brota del tronco de mi cuello? Eso sería un placer para poner fin a todos los placeres”.  Aterrador en todo sentido. 

3. Aileen Wuornos
Famosa por su misandria, Wuornos les quitó la vida a más de seis hombres después de hacerse pasar por una mujer de compañía. Después de una extensa investigación policial se dio con la condena de esta mujer. La ejecución fue realizada el 9 de octubre de 2002 por inyección letal. Antes de morir, se le escuchó decir fuertemente: “Sólo me gustaría decir que estoy navegando con la roca y voy a estar de vuelta como el Día de la Independencia, con Jesús, el 6 de junio, como en la película, gran nave nodriza y todo eso. Regresaré”.
4. James French
Un día French fue recogido de la carretera por un motorista; luego, sin ningún motivo, lo asesinó. Este episodio de su vida lo llevó a ser condenado; días después de la detención mata brutalmente a un compañero de celda. Fue ejecutado en la silla eléctrica a la edad de 30 años, en 1966. Sus últimas palabras antes de morir cargan un sentido de cinismo inigualable, éstas fueron: “¿Cómo es esto para un título? ‘French Fries”.
5. Robert Alton Harris
Después de asesinar a dos adolescentes a sangre fría para robarles su coche en el año 1978, Harrisen fue finalmente condenado a muerte por el siniestro en 1992. Falleció 10 minutos después de que los funcionarios de la prisión de San Quintín abrieran el conducto de gas de cianuro, convirtiéndose en el primer ejecutado en el estado de California desde el año 1967. Las últimas palabras que salieron de su boca fueron:“Usted puede ser un rey o un barrendero, pero todo el mundo baila con la parca”.
6. Thomas J. Grasso
Sus víctimas predilectas fueron personas ancianas, indefensas, entre éstas una anciana, a quien estranguló con la iluminación del decorado navideño, para después robarle. Su modus operandi se repetía sin cesar. Fue condenado finalmente a muerte por homicidio. Antes de su muerte, como parte de su última cena, exigió un banquete que comprendía una selección detallada de platos, entre ellos un cóctel de fresas, dos hamburguesas con queso, dos filetes a la barbacoa, espaguetis, mejillones cocidos con limón y unas cuantas galletas de calabazo. Sus últimas palabras, antes de recibir la inyección letal, fueron: “No tuve los espaguetis que había pedido. Quiero que la prensa lo sepa”. A Grasso no le importó nada más que su comida.
7. Manuel Pina Babbitt (Manny Babbitt)
Manuel Babbitt fue un veterano americano de la Guerra de Vietnam, que fue condenado por la violación y asesinato de Leah Schendel de 78 años, después de asaltar y robar dentro de su hogar en el año 1980. Como parte de su defensa, Manny aseguró sufrir de trastorno por estrés postraumático, llevándolo a cometer sus crímenes y después no recordar nada de lo que hizo. Su ejecución tuvo lugar en California y sus últimas palabras fueron: “Los perdono a todos”.
8. Edward Kelly (Ned Kelly)
Con sólo 25 años de edad, fue condenado a muerte por la horca. Mató en total a seis personas con disparos. Siempre se caracterizó por su poca empatía con la humanidad, demostrándolo con sus últimas palabras antes de ser ahorcado:“Así es la vida”.
9. Barbara Graham
Barbara, junto a dos cómplices (Perkins y Santo), planearon el robo de una mansión en Burbank, que pertenecía a la multimillonaria Mabel Monohan, una viuda de 64 años. Durante el robo, del cual salieron con las manos vacías, Graham mató a su víctima con una pistola-látigo. Posteriormente, los involucrados en el robo y asesinato de la millonaria fueron condenados a muerte. Graham fue la tercera mujer en California en ser ejecutada en la cámara de gas. Sus famosas últimas palabras fueron: “Las buenas personas están siempre tan seguras de que tienen razón”.
10. Amelia Dyer

Todas sus víctimas eran bebés o niños muy pequeños. Dyer era enfermera y partera. Creó un orfanato falso, donde se ofrecía ayuda a las mujeres embarazadas que no tenían dinero para criar a sus hijos o a las que querían deshacerse de sus bebés y abandonarlos. Todos los niños murieron por asfixia o estrangulamiento. Fue condenada por numerosos asesinatos (se asumen más de 400). A la edad de 58 años, fue ejecutada mientras recitaba sus últimas palabras: “No tengo nada que decir”.