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miércoles, 14 de octubre de 2020


La Organización Mundial de la Salud (OMS) subrayó que el regreso a los confinamientos que se plantean ya algunos países de Europa ante el aumento de casos de la Covid-19 debe ser el “último recurso” en la actual lucha contra la pandemia.

“Grandes restricciones de movimiento que mantienen a mucha gente en casa y limitan la posibilidad de muchos para trabajar y socializar debe ser el último recurso a la hora de prevenir la Covid-19 y evitar que los sistemas sanitarios se saturen”, señaló el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic en rueda de prensa.

Medidas insostenibles

La fuente oficial añadió que este tipo de medidas “no son sostenibles, dado el gran impacto social y económico”.

Jasarevic insistió en que “no se trata de elegir entre dejar el virus libre o cerrar nuestras sociedades”, y recalcó que hay más herramientas para combatir la pandemia que incluyen la higiene de manos, el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, y por parte de las redes sanitarias el rastreo de casos y contactos.

El portavoz afirmó que las medidas de contención del coronavirus han de depender siempre de los informes de riesgo locales, y subrayó que los confinamientos a nivel nacional “no pueden ser la medida de control por defecto».

También admitió que “algunos países se han visto obligados a dictar órdenes para que sus ciudadanos se queden en casa para gestionar rápidos aumentos en los casos de Covid-19 y las hospitalizaciones” y así ganar tiempo para mejorar la capacidad de respuesta de sus sistemas sanitarios.

Posición de Europa

En tanto, sos países miembros de la Unión Europea aprobaron ayer una serie de recomendaciones dirigidas a facilitar el movimiento de personas por el bloque y evitar más trabas durante la pandemia del coronavirus.

En una reunión en Luxemburgo, enviados de los 27 estados miembros acordaron una estrategia común de restricciones de desplazamientos y pruebas diagnósticas para permitir que ciudadanos y trabajadores vieran más claro cómo podían desplazarse por el continente.

Varios países de la UE cerraron sus fronteras en marzo de forma apresurada en un intento de frenar la expansión del virus.