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viernes, 14 de octubre de 2022

 Eduard Ribas i Admetlla

Washington, EFE

 Aunque nunca se fue del todo, hace tiempo que el fantasma de la guerra nuclear no estaba tan presente. Cuando se cumplen 60 años de la crisis de los misiles de Cuba que puso el mundo al borde del abismo, las amenazas del presidente ruso, Vladímir Putin, por la guerra de Ucrania han vuelto a disparar la tensión.

Fue el mismo presidente estadounidense, Joe Biden, quien la semana pasada comparó la situación actual con el conflicto de octubre de 1962, cuando Estados Unidos descubrió que la URSS había instalado en Cuba 42 misiles con ojivas nucleares de alcance medio apuntando a su territorio.

"Por primera vez desde la crisis de los misiles de Cuba, tenemos la amenaza de un arma nuclear", dijo Biden sobre su homólogo ruso, quien ha espoleado el fantasma nuclear a medida que se complicaba la invasión de Ucrania que ordenó en febrero pasado.

El líder estadounidense advirtió: "no creo que se puedan usar armas tácticas nucleares sin terminar en el Armagedón".

UN MOMENTO ATERRADOR

"La historia de las armas nucleares desde la Guerra Fría está llena de momentos aterradores. Éste es otro de ellos, porque no sabemos qué podría impulsar al presidente Putin a cruzar el umbral nuclear", explica a EFE Sharon Squassoni, investigadora sobre armamento nuclear en la Universidad George Washington.

Según esta profesora, la "gran similitud" entre la crisis de Cuba y la de Ucrania es que la URSS utilizó entonces la amenaza nuclear para disuadir a Estados Unidos de invadir la isla, y Putin lo hace ahora para desalentar a Washington de seguir ayudando a los ucranianos.

Pero también hay diferencias, como el hecho de que Moscú no haya movilizado por ahora armamento nuclear hacia Ucrania, apunta.

Squassoni trabajó para la extinta Agencia de Desarme de Estados Unidos (ACDA) y forma parte de la Junta de Científicos Atómicos que cada año pone hora al llamado "Reloj del Apocalipsis", una herramienta simbólica que advierte de los riesgos que atraviesa el planeta.

Esta experta cree que, hasta el momento, las amenazas de Putin han sido bastante "vagas", pero no por ello hay que restarle credibilidad. "Creo que es muy preocupante la cantidad de veces que Putin y otros funcionarios (rusos) han plantado el fantasma del uso de armas nucleares. Es ciertamente preocupante", subraya.

SIN NEGOCIACIÓN

El 14 de octubre de 1962, Estados Unidos descubrió los misiles que la URSS había instalado en Cuba, algo que el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy denunció públicamente el día 22 de ese mes en un discurso a la nación.

Al límite de un enfrentamiento nuclear, Kennedy y el entonces líder soviético Nikita Krushev negociaron a contrarreloj una solución para la crisis mediante un cruce de cartas entre el 25 y 28 de octubre de 1962.

El acuerdo que evitó la catástrofe incluyó el desmantelamiento y salida de los misiles de Cuba y la retirada de 56 misiles estadounidenses situados en Irán y Turquía, cercanos a la frontera sur de la URSS.

Juan Luis Manfredi, titular de la cátedra Príncipe de Asturias de la Universidad de Georgetown, en Washington, cree que el tipo de "liderazgo" que hubo en ese momento ya no existe.

Este experto en relaciones internacionales dice a EFE que por aquel entonces "ninguno de los dos líderes quería llegar a más", mientras que en la guerra de Ucrania se están "quemando etapas a gran velocidad".

"Si algo sabemos de Cuba es que se paró la crisis porque había una negociación por detrás entre los dos máximos mandatarios. Hoy Putin ha renunciado a la negociación, no hay una negociación posible", explica Manfredi.

Squassoni también retrotrae a la Guerra Fría, un conflicto en el que se gastó "demasiado dinero" para "una guerra que nadie quería luchar".

"Creo que la lección de la Guerra Fría es que tienes que seguir negociando incluso cuando tu contrincante está haciendo cosas abominables", opina.

¿Y SI HAY UN ATAQUE?

Para Manfredi, "las amenazas de Putin son reales y hay que tomarlas en serio", y no descarta un "disparo de forma teatral" ordenado por el líder del Kremlin para demostrar su poderío.

Las consecuencias son todavía más difíciles de prever. Biden ha dicho que tiene una repuesta preparada, pero no ha dado más detalles al respecto. "Si Rusia decidiera usar misiles balísticos, cruzaría una línea roja que obligaría a Estados Unidos a incorporarse a la guerra de forma más sólida. Es terriblemente peligroso", advierte este académico.

En tanto, Sharon Squassoni señala que el disparo de armas nucleares no tendría "ningún sentido", ya que no hay forma de que eso ayudara a Putin a lograr sus objetivos, pero "no podemos saber al cien por ciento si las usará", apunta.

Explica además que la bomba que destruyó Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial era de quince kilotones, lo que hoy se consideraría una pequeña arma nuclear.

"Creo que el mensaje hacia Rusia debe ser que incluso el uso de una supuesta pequeña arma nuclear, tendría una respuesta severa", sentencia.