
Cuando ingresó al local del Club Los Mina, el recinto estaba repleto de sus seguidores. El calor era asfixiante. De tanto sudor, la ropa se le pegaba al cuerpo a quienes allí estaban.
Jhanel Ferreras y Yoni Carpio, desde el lateral derecho, animaban a la multitud.
En primera fila estaban sentados los regidores Fanny Santana, Ramón Valdéz y Felipe Castro.
Había allí un nutrido grupo de dirigentes perredeístas. Estaban sentados en lugares claves, para que todos pudieran verlo y supieran que respaldan a Guido Gómez.
Hasta los diputados José -Bertico- Santana y Julio Romero se pusieron en primer plano y levantaron las manos a Guido.
Si lo hicieron, y así fue, algún mensaje querían enviar a alguien.
Bertico y Romero pronunciaron sus respectivos discursos. Bertico, más sosegado; Romero demasiado impulsivo. Debería hablar más pausado, con un tono de voz más bajo para que se le pueda entender mejor.
La gente estaba contenta esperando el discurso de Guido.
Incluso, allí estaba la madre de este "muchacho", Carmen, colocada discretamente a su izquierda. Ella aplaudía a su hijo.
Fabricio, el hermano de Guido, mientras tanto, andaba por ahí abajo. En medio del escenario. Observaba detalles. Hasta se acercó a la improvisada redacción de Ciudadoriental.com, que nos instalamos a un lado para ir transmitiendo en casi casi en directo lo que ocurría.
Nos saludamos y vio la forma en que Ciudadoriental.com trabaja en el mismo lugar de los hechos.
Guido y Fabricio son hijos de Doña Carmen Mazara, la viuda de Maximiliano Gómez, El Moreno, uno de los líderes más capaces que tuvo la izquierda dominicana y que fuera asesinado en su exilio de Bruselas, en medio de la dictadura ilustrada de Joaquínn Balaguer.
Se puede o no estar de acuerdo con Guido, pero hay que admitir que tiene algo de la rebeldía heredada de su mamá y su papá.
Fabricio exhibe un perfil más bajo que el de su hermano. Se complementan. Cuando a Guido "se le disparan los cables", fabricio intentan contenerlo, pero los tres (Guido, Fabricio y Doña Carmen), siguen unidos. Se quieren, como seguro quería que fuera El Moreno.
Cuando Guido comenzó a dar su discurso ya Ciudadoriental.com había despachado un avance, que colocamos en este mismo portal.
La magia de la tecnología.
Guido aspira ser electo Secretario General del PRD para encaminar a esa organización por un sendero deistinto al que ahora transita.
Quiere conducirlo a hacer oposición.
De la de verdad. De la que el PRD hacía antes, cuando era el PRD aguerrido de aquellos tiempos, no el de ahora, que parece ser un club de amigos que se reunen en sus locales a jugar dómino. Un club "de viejos robles" cansados y vencidos por el tiempo viviendo de recuerdos de tiempos idos.
Guido, con su discurso, trató de llevar al ánimo de la multitud el espíritu de antaño.
Hasta destacó que Alicia Ortega y Nuria Piera hagan más oposición que la oposwición en su conjunto y que el PRD en particular.