«Me indigna el injusto secuestro de tres queridos sacerdotes de Managua de parte de la criminal dictadura sandinista: P. Pablo Villafranca, Mons. Carlos Aviles y P. Héctor Treminio, pastores y profetas», escribió Báez, muy crítico con el Gobierno de Ortega en Nicaragua, en su cuenta del X.
Báez, quien reside en Miami y a quien las autoridades declararon «traidor a la patria» y despojaron de su nacionalidad, pidió a Dios proteger a los sacerdotes encarcelados y demandó que «sean liberados de inmediato».
La Policía de Nicaragua detuvo este jueves a los sacerdores Carlos Avilés y Héctor Treminio, vicario general y tesorero de la Arquidiócesis de Managua, respectivamente. Días atrás también detuvo al párroco Pablo Villafranca.
El cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, aún no se pronuncia sobre la detención de sus tres sacerdotes.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
El Gobierno de Nicaragua excarceló en octubre pasado a 12 sacerdotes y los envió al Vaticano, aunque entre esos religiosos no se encontraba el obispo Rolando Álvarez, condenado en febrero pasado a más de 26 años de prisión por «traición a la patria», tras negarse entonces a ser expulsado de Nicaragua hacia Estados Unidos junto a otros 222 presos políticos. También fue privado de su nacionalidad.
Ortega ha calificado como una «mafia» a la Iglesia y ha declarado interrumpidas las relaciones con el Vaticano.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.