Legisladores de los dos partidos han condenado las protestas y el Gobierno de Joe Biden ha tildado de «antisemitas y violentas» ciertas de las consignas de los estudiantes y algunas de sus estrategias, como ocupar edificios de las universidades.
Un puñado de instituciones, como la universidad Brown en Rhode Island, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) o la Universidad de Columbia han aceptado negociar con los líderes estudiantiles y escuchar sus demandas.
En la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde comenzó el movimiento estudiantil, los manifestantes se tomaron el emblemático edificio Hamilton Hall, que fue ocupado también por los universitarios en las protestas contra la guerra de Vietnam en 1968.
La universidad amenazó con expulsar a los estudiantes que están dentro del edificio por violar las normas internas de la institución y aseguró que los manifestantes están creando un «entorno amenazador» para muchos de los universitarios y profesores judíos.La Casa Blanca condenó a su vez la intensificación de las protestas en esta prestigiosa universidad, señalando que mientras «respeta la libre expresión, las protestas tienen que ser pacíficas y legales».