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lunes, 22 de agosto de 2022

 Nayeli Reyes

Los Alcarrizos, RD.

La noche del sábado parecía ir normal en el barrio La Fe, en Los Alcarrizos, hasta que el destino cobró vidas a manos de Esteban Javier Cora, de 31 años, y decidió cambiar trágicamente la historia de tres familias, incluida la suya.

“Apuntar y disparar” fue el patrón elegido por Esteban, quien acabó con la vida de su ex pareja, ex cuñada y ex suegra, justo frente a los ojos de tres niños de dos, cuatro y ocho años; dos de ellos hijos de él.

Sin reparo alguno y bajo las amenazas de llamar a la policía de Indira Pamela de la Cruz, madre de sus hijos, Cora, quien es cabo de la Policía Nacional adscrito a Dirección General de Seguridad, Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) y se encontraba suspendido, realizó varios disparos a quemarropa contra las tres mujeres e incluso propinó un golpe que requirió de, por lo menos, seis puntos en la cabeza a su propio hijo de 4 años.

El escenario del que la desdicha fue protagonista salió de la casa de la familia Rosario, donde las otras dos víctimas fueron identificadas como Marianeli Rosario Tejeda de 36 años e India Paola Rosario de la Cruz de 16 años, y se mudó hacia la cabeza del puente “Los Rieles” acabando con Liran Méndez Báez de 54, una persona ajena a la familia.

El desenlace de la catastrófica secuencia llegaría cuando el matador se dirige al lugar donde residía y, como si no hubiese pasado nada, pide una cerveza en su sitio acostumbrado, donde se encontraba tomando alcohol desde tempranas horas de la tarde.

Los mismos vecinos cuentan que minutos después confesó el hecho e intentó propinarse un tiro en la cabeza, sin embargo lograron desviar la pistola y resultó hiriéndose en su propio pie.

Versiones

El orden en la que se desarrolló el cuádruple crimen en la comunidad de Los Cocos, en Los Alcarrizos, tiene varias versiones.

La familia de las víctimas sostiene que el matador habría llegado a la casa en la que residían las tres, junto a los hijos de la exesposa del cabo, con la intención de llevarse sus niños, sin embargo fue recibido por la negativa colectiva ya que su propia madre había llamado a Indira para advertirle que Esteban se encontraba alcoholizado.

Teniendo en conocimiento el estado del padre de sus hijos, al llegar, la joven y su madre amenazaron con llamar a la policía con intención de que no se llevase los niños, esto produjo el altercado cuando, ya habiendo llamado a las autoridades, él última a las tres mujeres y se da a la huida dejando cinco niños huérfanos de madre.

“Indira dejó tres niños y mi hija, Marianeli, dejó dos. No hemos decidido cómo vamos hacer con los niños, porque son muchos y nosotros no podemos”, relató Basilia Tejeda Manzueta, madre de una de las occisas y abuela de otras dos.

Al culminar su reparto de desgracia en la casa Rosario, los vecinos cuentan que salió de ahí y en el camino por motivos que desconocen asesinó a Liran Méndez.

Sin embargo, el círculo de confianza del matador, dice que los hechos iniciaron en la cabeza del puente, donde el agente sostuvo una acalorada discusión con su expareja que la llevó a tratar de refugiarse tras el señor Méndez quien recibió el primer disparo que iba dirigido hacia ella,

En busca de huir, Paquito, amigo cercano, afirma que Indira se había echado a la carrera en un motor hacia su casa, minutos después él salió en el suyo propio a perseguirla y el resto es historia.

Luego de las atrocidades, Esteban había vuelto al punto inicial, cercano a donde residía, y donde se encontraba tomando alcohol desde tempranas horas de la tarde.

Detalló Ara, una vecina, que al regresar se acercó a su negocio y pidió una cerveza entre risas. Minutos más tarde terminaría confesando.

Los detalles se extienden y algunos de los que definen al policía como una persona tranquila y afirman “no saber qué le pasó”, aseguran que los familiares del cuarto fallecido, quien no tenía nada que ver con los hechos del crimen objetivo, fueron a buscarle para “cobrar venganza” y de no ser por las autoridades presentes habría sido así.

Asimismo, que habría intentado quitarse la vida y, sin embargo, terminó herido en una pierna.

Circula por las redes sociales un video del criminal en el que pide perdón a Dios y a la gente, y le exhorta a sus hijos a que busquen de Dios.

Según los familiares y testimonios cercanos, Esteban mantenía en zozobra constante a Indira, la perseguía y la llamaba con insistencia.