Asimismo, resaltó que otras personas relacionadas con Quezada también estarían interesadas en “vengarse” de ella y recibe llamadas de desconocidos desde hace tiempo, algo que ya denunció ante la Guardia Civil. 

Ramírez trasladó esta información por escrito y en persona a distintas autoridades penitenciarias, judiciales y políticas- “Nadie me atiende, nadie me protege, nadie actúa».

También denunció la existencia de “funcionarios implicados” en estas irregularidades. “No se me protege. Me siento absolutamente sola. 

El sistema me ha dejado sola”, sentenció. Sus declaraciones llegan tras conocerse que un juzgado investiga a un funcionario de la prisión de Brieva por supuestamente haber facilitado a Quezada un teléfono móvil a cambio de sexo.

Quezada, que llegó a España en 1995, fue condenada a prisión permanente revisable por la muerte del menor, hijo de su entonces pareja, en la primera condena en España a una mujer con esta pena, que conlleva un mínimo de 25 años de cárcel, y a una serie de indemnizaciones a la madre y al Estado.