El segundo volumen del Séptimo Informe Estado de la Región sobre democracia y autoritarismo en Centroamérica y República Dominicana, elaborado recientemente por el Estado de la Región, advierte sobre el avance de tendencias autoritarias en la región y la coexistencia de diversos regímenes políticos.
República Dominicana, junto con Costa Rica y Panamá, son los países mejor calificados por las diversas evaluaciones internacionales y sus indicadores democráticos son considerablemente mejores que los vistos a finales del siglo pasado, aunque todavía enfrenta retos importantes.
Uno de ellos es la actitud de los dominicanos hacia la democracia:
- La proporción de personas que son críticas hacia este sistema de gobierno aumentó, convirtiéndose en uno de los países con la cifra más alta registrada (47% en 2023). Son personas que son escépticas con la democracia, pero tampoco han abrazado las actitudes autoritarias, y presentan niveles intermedios de tolerancia política.
Entre los países analizados, en República Dominicana se observa el segundo porcentaje más alto de "populistas" en la región (42.4%), sólo superado por El Salvador. Este grupo se caracteriza por decir apoyar la democracia como mejor régimen de gobierno, pero estarían de acuerdo en respaldar a un líder fuerte que resuelva los problemas.Los dominicanos también se destacan por tener uno de los mayores niveles de aprobación a la idea de que el Gobierno restrinja la voz de los partidos políticos de oposición.
Actualmente, los porcentajes más altos de aprobación para que el presidente ejecute acciones que limiten a los partidos de oposición se encuentran en El Salvador, Costa Rica y República Dominicana, con 51%, 47% y 46%, respectivamente.Históricamente, el apoyo promedio a la censura a la oposición política ha sido alto en el país caribeño y en El Salvador. Los demás países de la región están también en niveles cercanos o superiores al 40%.
Alberto Mora, Coordinador de Investigación del Séptimo Informe Estado de la Región, expresó que "la tendencia regresiva observada en varios países es una señal de alerta para la región y exige un renovado compromiso con el fortalecimiento de la democracia y la defensa de los derechos fundamentales".