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viernes, 20 de diciembre de 2019


El presidente Danilo Medina inauguró ayer la iglesia de Santa Bárbara, ubicada en el populoso sector que lleva su mismo nombre en el Distrito Nacional, con una inversión asciendente a la suma de 160 millones de pesos.
Los trabajos de rescate y restauración del templo estuvieron a cargo de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), que según las palabras de su director Francisco Pagán, los mismos se hacían cumpliendo un mandato del presidente Danilo Medina, al que hay que reconocerle que sigue cumpliendo su palabra de hacer lo que nunca se ha hecho.
Dijo que la iglesia fue la primera parroquia del llamado Nuevo Mundo, solamente antecedida por la Basílica Santa María la menor que hoy conocemos como la Catedral de Santo Domingo, pegada al Fuerte de Santa Bárbara al norte de la Ciudad Colonial y frente a la ría del Ozama, puerto del primer Virreinato de América.
”Esta obra habla por sí misma y fue aquí donde Juan Pablo Duarte se convirtió en cristiano al bautizarse, y que la pila bautismal es la misma, y que debajo de sus pisos está la tumba de una hermana del patricio que murió de seis años, Ana María Duarte Díez, según consta en un documento de la época, así como el padre de Juan Pablo Duarte”, agregó Pagán.
Argumentó que los trabajos resultaron complejos por la fragilidad estructural provocada por el tiempo y el abandono total al que fue sometida por lo que fue necesario hacer estudios hidrogeológicos, geofísicos y geotécnicos para identificar que pasaba debajo de la iglesia y definir soluciones de reforzamiento estructural sin afectar la arquitectura original de este majestuoso monumento.
Así como también realizar estudios de comportamiento de grietas y poder entender donde debería ser reforzada la estructura, estudios de resistencia vertical y estudios arqueológicos.
En el acto inaugural acompañaron al presidente además del director de la Oisoe, los ministros administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta y de Educación, Antonio Peá Mirabal, así como monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo.
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