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miércoles, 24 de mayo de 2023

 


Consternación e impotencia remueven las emociones de residentes en el sector Simonico, de Villa Duarte, tras enterarse de la violación sexual contra una menor de 11 años cometida, presuntamente, por un hombre identificado como Deibi Alcibíades Rosario Mejía, de alias Careta.

“Aquí, la comunidad está llena de odio con ese pana; casi lo matan el día en que se lo llevaron apresado”, dijo un comunitario que se desempeña como lavador de carros en una esquina de la calle Progreso, de Villa Duarte.

Su impotencia era notoria, al reprochar la acción del individuo, quien, según la versión de los padres de la víctima, este la usaba como “objeto sexual” y la grababa, para luego comercializar los videos.

El sector, a partir del destape de este caso, hace dos semanas “no ha vuelto a ser el mismo”, según comentaron vecinos de la menor.

LOS VECINOS ESTÁN "CHIVOS"

Desde que se conoció el hecho en la barriada, muchos adultos han optado por limitar a sus hijos el tiempo y espacio donde se esparcen, así como con quién comparten.

Para Susana, una mujer que reside en Simonico desde hace más de cinco años, que no quiso revelar su apellido por seguridad, fue una sorpresa enterarse de la noticia, porque la madre de la menor “siempre andaba con sus hijas cuando salía y el hombre no era de su confianza".

Manifestó que le gustaría que el acusado sea sentenciado a 30 años de prisión por el delito.

“Tanto a mi, como a la comunidad, nos tomó de sorpresa, y ahora nos sentimos muy mal; nos gustaría que lo sentencien a 30 años de cárcel”  
SusanaUna vecina del barrio Cimonico

Parecido a esto piensa el padre de la niña, quien fue citado por la fiscalía de Santo Domingo Este para que asista a la audiencia de conocimiento de medida de coerción contra Rosario Mejía, pautada para este miércoles, a las 9:00 de la mañana, en el Palacio de Justicia del municipio oriental.

Aparte de la denuncia por violación sexual, contra el imputado corre otra por asalto a mano armada.

MODUS OPERANDI

Según el padre de la niña, el imputado, para cazar sus presas, se valía de una tercera persona que se encargaba de persuadir a las víctimas hasta llevarlas a manos del presunto agresor, quien hacía de ellas “su juguete erótico”.

El tutor de la niña asegura también que el acusado “abusó más de una ocasión”, y se enteró de la agresión por un video difundido a través de varias redes sociales, posteado por el propio agresor.

Hasta ayer, este caso se había tratado con algún nivel de hermetismo por las autoridades fiscales.