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jueves, 4 de mayo de 2023

 

Rafael Alburquerque, exsecretario de Estado de Trabajo de 1991 a 2000, figura clave en la reforma al Código de Trabajo realizada en el año 1992, es nuevamente uno de los referentes en la discusión actual sobre la ley, ahora como abogado de la parte sindical.

Con Diario Libre Alburquerque abordó el estado de las discusiones formales convocadas por el Ministerio de Trabajo en el diálogo tripartito. Los puntos en los que hay avances,  las trabas de los temas que pudieran considerarse el meollo de la reforma, así como el conflicto por la cesantía, el horario laboral, el teletrabajo y las plataformas digitales.

-¿Cómo avanzan las conversaciones sobre la reforma al Código de Trabajo?

La comisión se está reuniendo o  lo hizo el año pasado, pero a partir de noviembre  no ha habido una convocatoria. Supongo que el ministro de Trabajo estará ejerciendo sus funciones de mediador para tratar primero de acercar las partes y luego reanudar el trabajo jurídico. Sencillamente hemos entrado en una pausa.

-¿Cuáles han sido los avances?

En materia procesal, una de las inquietudes empresariales es que se debe tratar de lograr soluciones alternativas  a un  conflicto sin tener que ir a juicio. El sector sindical prefiere la conciliación judicial y no volver a como era antes del año 92,  al Ministerio. Ahí se logró un intermedio, que es  tratar de que en  los tribunales de trabajo se establezcan verdaderos conciliadores en vez de vocales como ocurre ahora.Se ha llegado a otro acuerdo en materia de embargos, donde se han hecho abusos. Se acordó que, aunque haya embargo, no haya desplazamiento de bienes,  sino que el empresario sea custodio de los bienes mientras termine el juicio.  

Los empresarios han reclamado que sea ejecutoria a partir de la apelación, pero ahí no hay acuerdo aún. 

Vi que la presidente de Anje  escribió en un artículo que podría modificarse, que en vez de ser ejecutoria a los 3 días, que sea a los 30 días. Esa es una salida, los sindicatos han planteado que sea ejecutoria a los 8 días francos, que vienen siendo 10 días y que no haya que ir como ahora al presidente de la Corte de Trabajo a pedir las suspensiones, sino que el mismo juez que da la sentencia al mismo tiempo ordene la suspensión. Es un punto procesal.

-¿Se ha discutido ya la jornada de trabajo?

Es otro punto difícil en el que hay discrepancias. Los empresarios reclaman que la jornada sea flexibilizada, ya que, en la práctica, algunas empresas utilizan el sistema 4 por 4: 4 días, 12 horas. Sería, 48 horas en 4 días 44 horas en jornadas normales  y 4 extras y luego 4 días de descanso.

Incluso en algunos hoteles, trabajan una semana completa y luego una semana de descanso. Hablan de flexibilidad, los sindicalistas dicen que es la práctica y no se oponen. Pero reclaman armonizar la vida profesional con la vida familiar, y  que  se comience ya a pensar en breve en que la jornada se reduzca de 44 horas a la semana terminando sábado, a 40 horas terminando el viernes.  Sería reducir a las 40 horas y a partir de ahí serían horas extras. Hasta ahora no hay acuerdo.

-Pero también pueden ser 40 horas en más jornadas de menos horas.

Sobre todo, a nivel industrial, hay empresas que trabajan hasta el viernes y abogados que lo hacen hasta el jueves porque tú puedes trabajar a cualquier hora, pero debes tener turnos mejores. Eso genera más empleos, con turnos diferentes. Cuando fui ministro de Trabajo, traté de hacer un acuerdo con los supermercados. En vez de pagar horas extras, ¿por qué no se ahorran las horas extras y contratan nuevo personal? Me dieron una respuesta lógica, me dijeron que sí, que les salía más barato, pero que si contrataban  nuevo personal debían inscribirlo en la seguridad social y pagar salario de Navidad y otros beneficios. Entonces, no les convenía.


- El tercer punto de ese conflicto es la cesantía.  ¿En qué punto está?

Ni se ha tocado.

-Los empresarios dicen que no están interesados en eliminarla, pero las centrales sindicales, dicen que sí, que la patronal quiere eliminarla.

En esto siempre hay razones y equívocos. En un principio,  meses atrás, al parecer la intención empresarial era que no hubiese cesantía, sino que se sustituya por una ley de seguridad de desempleo de la seguridad social. Pero de eso no se ha hablado más. En estos momentos, el sector empresarial lo que busca es una limitación a la cesantía.

-¿Limitación al número de años o a las prestaciones económicas?

Bueno, una doble limitación. Primero, limitación por el número de años, es decir que después de 7 u 8 años, ya la liquidación se calcule sobre ese tiempo, aunque tengas más años trabajando en la empresa y luego una segunda limitación por monto de salario, es decir que, si ganas más de ocho veces el salario mínimo de ley, pues se  calcula sobre ocho veces.

-¿Eso no incentivará a cambiar de trabajo, a una rotación mayor de la fuerza laboral?

Los sindicatos se niegan a tocarlo. A ver si puedo darlo a entender, porque es un problema jurídico. El contrato de trabajo  es bilateral, si se acordó el trabajo por una persona en una empresa, usted no debe decir que se acabó unilateralmente. Porque el contrato es una ley entre partes.

 El Código de Trabajo permite el rompimiento unilateral del contrato. Creo que es una buena disposición que se establece en el artículo 51 que se llama desahucio. Si el trabajador se va, pues se acabó.-¿Usted siente al sector empresarial, menos decidido a quitarla?

No, yo creo que ellos entienden que hay que buscar otra forma para esto. Uno de los problemas que han hablado es del pasivo laboral que supone tener que hacer reservas para la liquidación. Pero es que eso no es una erogación, es un registro contable. Es una cosa muy curiosa: la cesantía se paga si el empleador rompe el contrato. Si el trabajador se va, no viene cesantía.

 Ahora, si establecen el seguro de desempleo, si el trabajador se va, hay seguro de desempleo que lo pagaría la Seguridad Social. En el desahucio, si usted se va, no hay dinero. Además, si el trabajador llega a los 60 años y se jubila no hay cesantía tampoco.

-En el seguro de desempleo, en el caso de que un trabajador renunciara también lo cobra. Entonces al trabajador le interesa más que quiten la cesantía y pongan el seguro.

Claro, pero es que en el seguro de desempleo cotiza el empleador y el trabajador, en la cesantía solo es el empleador el que pone el dinero. La Seguridad Social la pagan ambos.

-Con las pequeñas empresas, ¿no se puede dar una doble vía? ¿Entre el límite de  cesantía y el seguro?

 Se puede hacer cómo es en Brasil, establecer ambos sistemas a las empresas que quieren liquidar y las que no lo hacen. Ahora, el tema que no se ha discutido, es que el sector sindical no lo discute.

-Usted que conoce el tema, ¿cuál sería la propuesta salomónica que sería buena para el país y ambas partes?

Realmente no sé. Habría que buscar una solución que no tengo. Si fuera una solución concertada, habría que tomar en cuenta a los trabajadores y este movimiento se niega a discutir.