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martes, 16 de mayo de 2023

 

Las escuelas públicas de nivel secundario en Santo Domingo son también ahora víctimas de la irrupción de los dispositivos denominados “vapes”, o en su definición técnica, los cigarrillos electrónicos.  

De acuerdo con ejecutivos de centros de la capital, los adolescentes, a partir de los 13 años, son los autores que hacen de todo esto una nueva modalidad en el ámbito estudiantil.

“Ya no sabemos qué es lo que vamos a hacer con eso. No hay un régimen de consecuencia verdadero, que venga desde arriba, entonces uno lo que hace es que se lo quita y manda a llamar a sus padres, pero no sirve de mucho”, declaró Anny Medrano, directora del Centro Educativo República de Honduras.Medrano contó que de forma constante se realizan requisas en las aulas, en las que en más de una ocasión logran dar con varios de estos cigarros.

Sin embargo, apuntó, “las metodologías se vuelven obsoletas con los trucos que utilizan los jóvenes para encubrirse entre ellos y guardarlos”.

En muchas otras escuelas, el problema se ha corrido y obliga al personal administrativo a tomar las medidas que considere pertinentes, ante la falta de un régimen de consecuencia que sea impuesto por las autoridades de Educación, obteniendo bajas ligeras y, sobre todo, un aumento en las precauciones que toman los alumnos para continuar llevando sus “vapes”, sin ser descubiertos.

EL CASO DE LOS PADRES

“No se sabe qué es lo que podemos esperar. A veces llamamos a un padre y hay dos opciones: o se sorprenden porque no sabían que su hijo estaba fumando hooka o nos dicen que sí, que ellos se lo compraron, pero no sabían que lo estaban trayendo para la escuela; cuando es así, no estamos en nada”, expresó la orientadora, Marleny Castillo.

Junto a Castillo, la directora del centro, Bertha Sosa, y la psicóloga Geonova Herrera, se quejaron con la idea de que los correctivos que tratan de imponer en el lugar de estudio pierden valor cuando los niños se saben respaldados por sus padres.

REGULACIÓN DE LOS "VAPES"

indicaron que la “falsa idea” de que estos cigarrillos son inofensivos, y la facilidad de adquirirlos, son los culpables del encarcelamiento de un público extremadamente juvenil e inconsciente y que se encuentren sumergidos en el vicio de fumar.