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martes, 17 de junio de 2025

 
Ynmaculada Cruz HierroSanto Domingo

República Dominicana y Venezuela las unen lazos históricos que nos convierten en países hermanos, desde que Juan Pablo Duarte decidió exiliarse y morir en esa nación suramericana.

 A partir de entonces, la confraternidad de los dos pueblos ha sobrevivido a los conflictos políticos, diplomáticos y a sus gobernantes, teniendo a la música dominicana como una conexión amorosa que ha perdurado durante décadas.

 En 1937, Luis María Frómeta, conocido como Billo Frómeta, llegó a Venezuela con su orquesta Santo Domingo Jazz, sembrando el merengue en el corazón de los venezolanos, radicándose en ese país con la Billo’s Caracas Boys.

Lo más reciente: el evento artístico, realizado el pasado fin de semana, en el Poliedro de Caracas, en donde se le rindió homenaje a Rubby Pérez (fallecido el 8 de abril en la tragedia de la discoteca Jet Set), puso, de nuevo, en el mercado a los intérpretes del merengue dominicanos y la grandiosa aceptación de los venezolanos a nuestros artistas, quienes regresaron a la República Bolivariana por motivo del agasajo a "La Voz más Alta del Merengue".

Bonny Cepeda, Miriam Cruz, Sergio Vargas, Eddy Herrea, Los hermanos Rosario, Fernando Villalona y Jossie Esteban estuvieron entre los merengueros invitados.

LA HISTORIA

Para los años 60, cuando el merengue comenzaba a tener otro sonido con El Combo Show de Johnny Ventura y más adelante, en los 70 con Wilfrido Vargas, fue Billo Frómeta quien abrió las puertas a los líderes merengueros para que sus propuestas musicales se destacaran en Venezuela.

En 2018, Johnny Ventura contó cómo Venezuela se convirtió en una segunda patria para los artistas dominicanos. 

Durante un programa de televisión, en donde estuvo compartiendo con el actor venezolano Víctor Cámara, expuso: “Venezuela en un momento fue la “cuna” de muchos artistas que abrió las puertas a grandes estrellas de la música. Nos abrió la puerta a todo centro, Suramérica y todo el caribe a raíz de justamente de la revolución de abril en 1965. Venezuela fue la cuna de vida de nosotros”.

Ventura no solo se quedó unido por la música a los venezolanos también procreó una hija en esa nación, Euridice Ventura, quien, al momento de su muerte, era su representante internacional.

Durante su declaración El Caballo también recordó que fue tratado en ese país como un venezolano, ya que llegaron a otorgarle cédula venezolana, y desde Caracas podía viajar a Colombia, Aruba, al igual que otras naciones de Centro y Suramérica.Con Wilfrido Vargas y los venezolanos también se dio un “clip” muy especial. 

Su música y sus orquesta satelitales como Los Hijos del Rey con Fernando Villalona, Las Chicas del Can, Altamira Banda Show y The New York Band, hacían exitosas residencias de presentaciones en escenarios venezolanos que recorrían toda la inmensa nación.

De todas ellas Las Chicas del Can, liderada en su primer momento por Miriam Cruz, luego llamadas Las Monumentales Chicas del Can, con Florangel Espinal, Michell Flores y Grissel Báez vivieron momentos de gloria en el inmenso país. 

Al reciente homenaje a Rubby Pérez, Wilfrido hizo pública su negativa de asistir por un conflicto que generó el uso del nombre de Las Chicas del Can y el organizador del concierto Omar Henríquez.

EL MERENHOUSE

Desde que Vladimir Dotel lanzó su primera producción en 1995 titulada “Ilegales”, Venezuela lo prendió de su corazón como un nuevo exponente, que daba un giro al merengue y lograba interesantes fusiones con ritmos tropicales.

El grupo Ilegales se convirtió en un fenómeno musical en este país logrando obtener el Premio Orquídea de Oro y Platino de la cadena Venevisión.

“La historia musical de los dominicanos con Venezuela lleva muchos años. Se ha dado una relación muy bonita que ha trascendido en el tiempo. Especialmente con el merengue que continúa siendo un ritmo de poder en esa nación”, señaló Dotel al conversar con Listín Diario.

Hace un año que Vladimir no visita este país, pero su música y su presencia se han mantenido vigente hace ya unos 30 años. “Es increíble cómo el público venezolano vio en el morehouse una nueva corriente del merengue, con ritmos, que hoy suenan de nuevo en la juventud acutal”.

Dotel dijo sentir un enorme agradecimiento al público venezolano ya que fue uno de los primeros países, en donde el grupo Ilegales fue considerado un fenómeno musical.

EL AMOR A JUAN LUIS GUERRA

A pesar que en febrero de este año Juan Luis Guerra figure en la lista de los artistas vetados por el gobierno de Venezuela, presentada recientemente por Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y ministro de Interior y Justicia, Venezuela está entre los cinco países en donde Juan Luis goza de una mayor fanaticada. 

El amor de este pueblo por el artista dominicano es inmenso, y nació desde su primera producción internacional “Bachata Rosa”.

El año pasado, el maestro Juan Luis Guerra utilizó su cuenta en Instagram para solidarizarse con Venezuela en el marco de la actual tensión política en el país suramericano. En una publicación escribió “La oración del justo es eficaz y poderosa (Santiago 5:16). Oremos por Venezuela”.

El 17 de julio de 1988, en Zulia, Venezuela, el autobús que transportaba a los integrantes de la orquesta de Sergio Vargas y el Grupo 4-40 de Juan Luis Guerra, tuvo un vuelco estrepitoso, dejando, además, a varios artistas y músicos heridos.

Inolvidable percusionista popular, por su creatividad como tamborero. Su imagen fue conocida en los programas como El Show del Mediodía, El Gordo de la Semana y De Noche ,y formó parte de las orquestas del maestro Jorge Taveras, Orquesta Internacional, liderada por Ramón Orlando, y de Juan Luis Guerra.

Tras su muerte, Yaqui Núñez le escribió el merengue “Don Cata” y Juan Luis le dedicó el pambiche “Ángel para una tambora”.