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viernes, 6 de marzo de 2015


bijaHATO MAYOR.- “Josefa te voy a decir una adivinanza, porque quiero si la adivina que me cocine un locrio de gallina criolla o de carne de cerdo con este condimento hoy, le dijo el agricultor Zenón Muñoz a su esposa de 40 años. Aquí voy: “Tiene pelo por fuera, es rojo por dentro y tiene semilla”
“Mira muchacho, tu sabes que eso es la bija”, contestó Josefa, que no reparó en decir: “Sabes que había pensado en eso”.
El agricultor, nativo de Las Palmillas en Hato Mayor, también le hizo saber a su amada, que la bija no hace daño a la salud como la salsa de tomate que se venden como condimento para cocer los alimentos.
Zenón, un sabio campesino, estaba lleno de razón en su enunciado, quizás sin conocer las propiedades que se le atribuyen a la bija, un colorante natural que tanto se utiliza en la cocción de alimentos en los campos, restaurantes y hoteles del país.
Es que el colorante desde hace centurias forma parte en el arte culinario dominicano, convirtiéndose prácticamente en una exquisitez en el buen comer.
El olor que expele y color que arroja a los alimentos son perceptibles en cualquier manjar que se sirve.
Es una cualidad única, que no puede ser imitada por ningún condimento usado en la cocina.