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sábado, 11 de abril de 2015

monja
Yeshi Khando, de 47 años y procedente del convento de Ngangan, rodeó el miércoles el monasterio de Kardze, en la provincia de Sichuán, y después se inmoló mientras coreaba lemas como “el Tíbet necesita libertad”, indicó el viernes la organización londinense Free Tibet.
BEIJING. Una monja tibetana se prendió fuego mientras pedía el regreso del Dalai Lama a la región, según grupos extranjeros de defensa de los derechos del Tíbet, en la última de las decenas de inmolaciones registradas en la zona en los últimos años. Yeshi Khando, de 47 años y procedente del convento de Ngangan, rodeó el miércoles el monasterio de Kardze, en la provincia de Sichuán, y después se inmoló mientras coreaba lemas como “el Tíbet necesita libertad”, indicó el viernes la organización londinense Free Tibet.
También pidió “Dejen que su santidad regrese a Tíbet” cuando estaba en llamas, señaló el grupo, en una referencia al líder espiritual tibetano que lleva décadas exiliado en India. La Campaña Internacional por Tíbet, con sede en Washington D.C, también informó de la inmolación, pero empleó una transcripción ligeramente diferente del nombre de la mujer.
Personal de seguridad y policías emplearon extintores contra incendios para apagar el fuego y se llevaron a Yeshi Khando, indicaron los grupos. Fuentes locales creían que la mujer había muerto. Una mujer que respondió al teléfono en las oficinas del gobierno del condado de Ganzi negó que se hubiera producido ninguna inmolación el miércoles y colgó el teléfono. Las llamadas a la policía del condado no recibieron respuesta.
No fue posible contactar con el convento de la religiosa. Los monjes y monjas tibetanos están entre los más activos opositores al gobierno chino en la región, y se enfrentan a algunas de las restricciones más duras. El jefe del Partido Comunista en la zona, Chen Guanguo, exigió esta semana que los monasterios budistas izaran la bandera nacional, dentro de sus esfuerzos por reforzar el patriotismo chino.
Docenas de clérigos y legos budistas tibetanos se han prendido fuego en protesta por los controles de Beijing sobre la zona y su religión, así como para pedir el regreso del Dalai Lama, según los grupos de derechos extranjeros
. La Campaña Internacional por Tíbet estima que 113 hombres y 24 mujeres se han inmolado desde marzo de 2011. La inmensa mayoría murió. Beijing culpa al Dalai Lama y a otros de incitar las inmolaciones, y dice haber invertido gran cantidad de recursos para mejorar la economía local y mejorar la calidad de vida de los tibetanos. El Dalai Lama ha expresado su oposición a toda violencia.