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lunes, 11 de noviembre de 2019


Por Denny Olivo: Nagua, RD. Pescadores atraparon a un Marlin en aguas de las costas cercanas a la comunidad Boba de este municipio la tarde de este sábado, según publicaron en su cuenta Boberos-com de Facebook. 

El Marlin según estos pesó una 200 libras, manifestando en sí la salud del enorme pez y la dificultad que tuvieron al subirlo al bote de pesca mientras estaban en el agua. 


Y es que la costa se ha convertido en el recreo de enormes peces que buscan las aguas cálidas del caribe y las costas Atlánticas, según algunos pescadores que se han pronunciado sobre esto, han avistado tiburones y ballenas muy cerca de la orilla. 

El Marlin Azul 

El llamativamente bello marlín azul es el más grande de todos los marlines atlánticos, y uno de los peces de mayor tamaño del mundo. Las hembras, notablemente más grandes que los machos, pueden alcanzar casi 4,5 metros de longitud y pesar más de 900 kilogramos. Su tamaño medio ronda los 3,5 metros, con un peso de entre 90 y 180 kilogramos.
El marlín azul, oriundo de las aguas templadas y tropicales de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, se encuentra entre los peces más reconocibles. Son de color azul cobalto en la parte superior, y blanco plateado por debajo, y presentan una pronunciada aleta dorsal y una mandíbula superior alargada y letal con forma de lanza.
Pertenecen a los llamados peces de aguas azules, ya que pasan la mayor parte de su vida mar adentro. Son criaturas notablemente migratorias y siguen las corrientes cálidas oceánicas durante cientos o incluso miles de millas.
Los marlines azules prefieren las temperaturas más altas de las aguas superficiales, y se alimentan de caballa y atún, aunque también se sumergen hasta cotas bajas en busca de calamares. Se encuentran entre los peces más rápidos de los mares, y usan sus lanzas para acometer tupidos bancos de peces, volviendo atrás para comerse a sus víctimas heridas o conmocionadas.
Estos extraños monstruos marinos, conocidos por luchar ferozmente cuando pican el anzuelo, son el santo grial de los pescadores deportivos. Su carne se considera un manjar, especialmente en Japón, donde se sirve cruda en forma de sashimi. Aunque en la actualidad no están en peligro, los conservacionistas temen que estén siendo objeto de pesca no sostenible, particularmente en el Atlántico.