
El deceso del homicida se produjo en la unidad de cuidados intensivos del hospital doctor Darío Contreras, donde fue sometido a una delicada intervención quirúrgica al sufrir fractura craneal.
El cadáver de Fátima fue expuesto en La Guáyiga y luego trasladada hacia Santiago de los Caballeros, provincia de la cual era oriunda, para su sepelio.
Al velatorio asistieron la senadora oficialista, Cristina Lizardo, y el exministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, así como otros dirigentes de esas y otras entidades políticas.
Lizardo dijo que la fallecida era muy cercana a su comunidad y expresó su preocupación al ver el crecimiento de la violencia intrafamiliar.
“Hay que trabajar con tiempo para que ninguna mujer se quede callada ante la amenaza de violencia que comienza de manera sutil y va creciendo como tormenta”, expresó.
De su lado, Baret la calificó como “una mujer ejemplar, identificada con su comunidad, una líder con su comunidad” y que formó parte de su proyecto presidencial hasta que se retiró de la contienda.