
El menor Charlos Moris Goris murió víctima de unas balas que no eran para él, cuando un supuesto delincuente, conocido solo como Jairo, la emprendió a tiros contra Manuel Antonio Jiménez Padilla, a quien supuestamente mató para quedarse con el control de un punto de drogas.
Según la policía, Jario y Jiménez Padilla tenían viejas rencillas personales por que éste se dedicaba a la venta y control de estupefacientes de un punto, propiedad del reconocido delincuente Waly, por lo que Jairo, se presentó a dicho punto en compañía de sus secuaces, y sin mediar palabras la emprendió a tiros, ocasionándoles las heridas que le produjeron la muerte a los dos primeros y las heridas que presenta las otras cinco víctimas.
Los internos son Alexandra Moris, de 22 años, madre del menor fallecido; Alexander Antonio Peña, de 20 años; Joana Altagracia Reno, de 20 años; Luis Miguel Durán, de 20 años; y una menor cuyo nombre se omite por motivos legales.
Todos fueron ingresados en distintos centros médicos de la provincia.