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domingo, 9 de abril de 2023

 China ha iniciado este domingo su segundo día de maniobras en torno a Taiwán llevando a cabo «ataques simulados a objetivos clave y aguas circundantes» de la isla en respuesta a la visita de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, al presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, el pasado miércoles.

La cadena estatal CCTV informó de que el Ejército Popular de Liberación (EPL, Ejército chino) «continuó su presión alrededor de la isla» como parte de estos ejercicios que empezaron el sábado, que se prolongarán hasta el lunes. El Teatro de Operaciones del Este del EPL ha ordenado «docenas» de incursiones de «aviones de alerta temprana, reconocimiento, ataque, bombardeo e interferencia», ha añadido el canal.

Asimismo, la fragata Xuzhou «realizó operaciones tácticas» en aguas al este de Taiwán, ha recogido la cadena, que mostró imágenes de fuerzas marítimas y aéreas chinas en acción.

Taiwán lo califica de «irracional» y EE.UU. pide «contención»

El mando militar chino avisó el sábado de las maniobras como «una seria advertencia» contra «la provocación de las fuerzas separatistas» y una «acción necesaria para proteger la soberanía nacional y la integridad territorial» de China.

Taiwán, por su parte, calificó los ejercicios de «un acto irracional» que pone «en peligro la seguridad y la estabilidad regionales». Este domingo, el Ministerio de defensa de Taiwán ha detectado al menos 71 aviones de combate y nueve barcos de guerra en su territorio, que ha atribuido a China según han confirmado en un comunicado.

En cuanto a Estados Unidos, el Departamento de Estado del país pidió «moderación» a Pekín y le ha advertido de que cuenta con las «capacidades» necesarias para garantizar la seguridad de la isla. «Los canales de comunicación con la República Popular China siguen abiertos y les hemos pedido constantemente moderación y que no haya ningún cambio en el ‘statu quo'», señaló un portavoz.

Segundo repunte de la tensión desde la visita de Pelosi

La situación recuerda a la vivida en agosto pasado, cuando la visita a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, enfureció a Pekín, que respondió con maniobras militares alrededor de la isla a un viaje que describió como «farsa» y «traición deplorable».

Pekín considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra el ejército comunista.

La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.