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lunes, 14 de julio de 2025

Desde que la Liga Diamante registró por primera vez el nombre de Marileidy Paulino en su base de datos la velocista dominicana no ha hecho más que, prácticamente, adueñarse de los 400 metros en la serie de lujo de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics). Desde esa primera carrera hasta la más reciente, cruzar primero ha sido lo más normal, mirando al resto por el retrovisor o estirándose, como le exigió la prueba más reciente.

La peraviense se estrenó ese 16 de agosto de 2021 en la parada que se corrió en el Stade Olympique de la Pontaise, en Lausana, Suiza, con un primer lugar. Desde entonces ha corrido en 18 pruebas y solo en una no fue primero, ese 2021 cuando la serie cerró su calendario en Zurich, también en el país helvético, y dos centésimas la separaron del trono que se llevó la estadounidense Quanera Hayes (49.88 a 49.96).

El viernes en Mónaco, contra vientos y mareas, gestionó para extender en una final de fotofinish esa racha hasta 15 triunfos al hilo, una victoria que la deja en la tercera posición en la tabla general (a cinco puntos de la neerlandesa Lieke Klaver), a pesar de que no estuvo en cinco de las siete pruebas del aLas interrupciones del viaje la habían dejado fatigada e inquieta. 

Dijo a la prensa en el Principado que tuvo problemas en el aeropuerto. 

Sin embargo, cuando la campeona olímpica de París 2024 pisó la pista del Stade Louis II no había señales visibles de esa turbulencia. Su expresión era serena, su forma tan firme como siempre.

 La carrera de 400 metros se desarrolló no como un sprint marcado por el caos, sino como una silenciosa confirmación de algo que se sospechaba desde hacía tiempo: Paulino pretende controlar esta temporada a su manera.

Su respuesta a las comparaciones con su rendimiento en París fue la misma serenidad. "Tengo que agradecer a Dios por todo", dijo. "Y centrarme en el Mundial, que es lo más importante".