Breaking News
Loading...
viernes, 18 de julio de 2025

Betty María Arias se le quebró la vida justo cuando empezaba un nuevo ciclo con esperanza.

Era 1 de enero del 2024, cuando esta madre volvía a casa con su esposo e hija tras celebrar el Año Nuevo con parte de su familia en Bayona, Santo Domingo Oeste. Esa noche de alegría y celebración terminó abruptamente cuando el joven Luis Eduardo Herrera, según Arias, en una motocicleta, a alta velocidad, sin luces y alegadamente calibrando, los impactó.

La niña, que al día siguiente cumplió cinco años, sufrió graves heridas en su pierna izquierda que, finalmente, requirió dos amputaciones.

Desde entonces, ha enfrentado trece cirugías debido a complicaciones, y aún le esperan numerosos tratamientos y terapias.

Lo más doloroso

Lo más doloroso, aseguró Arias ayer, ha sido no solo ver a su hija con un daño causado por la imprudencia de otro, sino el largo proceso judicial que llevan en los tribunales para que el responsable asuma los gastos médicos y reciba una sanción penal.

"Reenvían el caso por cualquier detalle; el abogado del imputado se agarra de cualquier cosa", expresó con indignación.

Una infección en el hospital

A la niña le faltaba hueso y carne en la pierna izquierda, por lo que los médicos tuvieron que amputarla. Meses más tarde, durante su estadía en el Hospital Pediátrico Robert Reid Cabral contrajo una infección que obligó a una nueva cirugía y a una amputación más radical.

"Es una niña. Ella juega, no como antes; ya no le gusta salir, pero al menos ya se comunica con las personas", contó la madre sobre las secuelas de la tragedia.

Ahora, la menor tiene seis años y vive entre operaciones, curas y rehabilitación. "Imagínate lo que es para una madre ver a su hija de cinco años perder la pierna, sufrir una infección, estar entre hospitales, y que encima nadie responda por eso, ni el culpable, ni la justicia", manifestó Arias con dolor.