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lunes, 2 de abril de 2012

El aparato, un bimotor turbohélice de fabricación francesa, se precipitó a tierra a las 03.50 horas poco después de despegar


Viajaban 43 personas, 39 pasajeros y 4 tripulantes - Doce personas han podido ser rescatadas con vida

Un total de 31 personas han muerto este lunes al estrellarse un avión de pasajeros ATR-72 en el norte de Siberia, accidente al que sobrevivieron doce de sus ocupantes, todos ellos hospitalizados en estado de extrema gravedad.

El aparato, un bimotor turbohélice de fabricación francesa, se precipitó a tierra a las 03.50 horas poco después de despegar del aeropuerto de Tiumén, según ha informado el Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia.

"El avión alcanzó a elevarse unos cien metros. Luego se perdió la comunicación. Por lo visto, el aparato tuvo problemas al despegar y los tripulantes intentaron realizar un aterrizaje de emergencia", ha señalado una fuente policial citada por al agencia Interfax. En el aparato viajaban 39 pasajeros y cuatro tripulantes.

"Tras estrellarse el avión estalló en llamas. Los heridos fueron evacuados en helicóptero", ha indicado a RIA-Nóvosti Vadim Grebennikov, portavoz del Departamento de Emergencias de Tiumén.

Según el comunicado de la compañía rusa UTair, entre las víctimas mortales se encuentran todos los miembros de la tripulación del aparato siniestrado.

Varias hipótesis
Por su parte, el Comité de Instrucción (CI) de Rusia ha indicado que la investigación de las causas de accidente baraja varias hipótesis de trabajo: un fallo técnico, un error de los pilotos o de los servicios de tierra.

Sin embargo, el portavoz del CI, Vladímir Markin, ha señalado que la principal línea de investigación se centra en un posible desperfecto técnico del turbohélice. Markin ha agregado que testigos declararon haber visto cómo salía humo de los motores del avión en el momento en que se precipitaba a tierra, en campo abierto a unos 40 kilómetros de la pista desde donde había despegado minutos antes.

"Además, esta versión se confirma por la actuación de los pilotos, que inmediatamente después del despegue comenzaron a virar en dirección al aeropuerto de Tiumén", ha señalado el portavoz, que ha subrayado que ha sido descartada toda posibilidad de un atentado terrorista.

La cabina de los pilotos quedó en relativamente buen estado, al igual que los registradores de datos, las "cajas negras", lo cual "ayudará a establecer las causas del accidente". Markin ha explicado que el aparato siniestrado, fabricado en 1991 y puesto en explotación al año siguiente, había sido sometido en 2010 a una revisión general en Alemania, tenía 35.000 horas de vuelo y su última inspección reglamentaria había sido efectuada en Tiumén hace dos meses.