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Orlando Barría/EFESAN PEDRO DE MACORÍS, República Dominicana.- Unos 500 empleados haitianos de un ingenio azucarero de San Pedro de Macorís comenzaron a comparecer ante la Justicia para exigir que la empresa, para la que llevan trabajando años, les suministre contratos escritos que regulen sus derechos laborales.Las declaraciones comenzaron el martes con 62 haitianos que acudieron a la Corte de Apelación de
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Enrique Gil, de origen haitiano, muestra su carnet otorgado por la Dirección de Migración.
Orlando Barría/EFELas de este martes fueron las primeras de una serie de declaraciones fijadas para este mes en lo que, según los abogados de los trabajadores, es un caso sin precedentes en la República Dominicana, tanto por el tipo de reclamación como por el gran número de demandantes y su condición de inmigrantes.La empresa se niega a confeccionar los contratos porque alega que los trabajadores son "trashumantes"."Son trashumantes, no paran en un sitio, muchas veces duermen en un batey (nombre que reciben los poblados en los que habitan los trabajadores) y al otro día no amanecen allí, cogen sus bártulos y se van", dijo a Efe el abogado de la compañía, Mario Carbuccia.Según el letrado, "no hay un control de esa población flotante para poder hacer un contrato, porque nada asegura que van a permanecer los seis meses de zafra", el tiempo de corte y recolección de la caña de azúcar.Los abogados de los trabajadores, sin embargo, rechazan este argumento, que consideraron un mero "pretexto".Hay trabajadores que "dicen que están aquí desde el año 1967", explicó a Efe el letrado Natanael Santana, quien mencionó el caso de un empleado que "fue repatriado, pero en cuestión de semanas estaba de nuevo" en las plantaciones."Son trabajadores a los que ellos han estado pagando, les han dotado de documentación y, es más, viven en los bateyes", afirmó.Su compañera, Noemí Méndez, agregó que la exigencia de contratos escritos obedece a que el hecho de que "sea verbal deja a la buena fe de la empresa una serie de condiciones que son indispensables" para una adecuada relación laboral.Los empleados, algunos de ellos vestidos con sus mejores ropas, dejaron hoy los humildes bateyes y abarrotaron la sala de audiencias.Allí permanecieron varias horas para prestar declaración ante los magistrados, que les preguntaron por la antigüedad de su relación con la empresa, la labor que llevan a cabo y otros detalles de su situación laboral.