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martes, 31 de agosto de 2021

 


El 31 de agosto de 1979, hace 42 años, entró al país un meteoro que nos amenazaba, pero del que no había seguridad: el huracán David.

Con vientos destructores, de unos 240 kilómetros por hora, categoría 5 en la escala de Saffir –Simpson, causó la muerte a más de 2,000 personas, dejó a 200,000 sin hogares y más de 1,000 millones de dólares en pérdidas en diferentes rubros (US$829 millones, Cepal).

En uno de los reportes más completos sobre este huracán, el ingeniero Miguel Campusano, subdirector de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), subraya que históricamente pocas tormentas han extendido tanto sus efectos.

Algunas viviendas de estructura endeble quedaron maltrechas, pero en pie, por su ubicación.

Su estudio está apoyado en investigaciones realizadas por el ingeniero Antonio Cocco Quezada, exdirector de la Onamet, y en datos del Centro de Huracanes de Miami, Estados Unidos.

La trayectoria de David incluyó las islas de Sotavento, Antillas Mayores y la costa este de los Estados Unidos entre finales de agosto y principios de septiembre.

Fue la única tormenta de categoría 5 que tocó tierra en el país en el siglo 20 y la más mortífera desde San Zenón, en 1930, al inicio de la dictadura de Trujillo.

David fue constante amenaza para las áreas pobladas desde el momento que se acercó a la parte oriental del Mar Caribe el 29 de agosto hasta que perdió sus características tropicales sobre New England el 6 de septiembre.

El 4 de septiembre, 4 días después de David, llegó la tormenta Federico, que empeoró la situación con seis días de lluvias, lo que causó inundaciones que agravaron los daños agrícolas y la muerte de miles de reses y aves de granja.

Entre las islas en las que David causó destrozos e inundaciones figuran Dominica, Martinica, Guadalupe, Puerto Rico y Cuba.

Tensión nacional

El día 29 de agosto, cuando el peligro del huracán se hizo inminente, el director del Departamento de Meteorología, contralmirante (R) Julio A. Rib Santamaría, convocó a una reunión de emergencia para ultimar los detalles preventivos.

Rib Santamaría informó oportunamente al presidente Antonio Guzmán acerca del peligro que se avecinaba.
El 30 de agosto, víspera de la entrada del huracán, el presidente Guzmán dirigió un mensaje a la nación.

“Me dirijo al país, en momentos en que el ciclón David amenaza el territorio nacional, en especial a la región sur. Durante todo el día hemos estado y continuaremos laborando con los organismos competentes del Estado, para coordinar los esfuerzos tendentes a preservar vidas y bienes”, dijo el Jefe de Estado de entonces.

Catastrófico

Los mayores daños se sufrieron entre San Cristóbal y la provincia Peravia. En Sainaguá, Palenque, Sabana de Palenque, Nizao, Don Gregorio y otros en los que más del 90 por ciento de las viviendas quedaron destruidas. Las crecientes de ríos como el Nizao y Yubazo causaron la muerte de centenares de personas, incluidas familias completas.

La mayoría de las carreteras fueron afectadas, principalmente en Jarabacoa, San Cristóbal y Baní.

En Padre Las Casas, en el sur, cientos de personas murieron cuando una iglesia y una escuela usadas como refugio colapsaron por desbordamiento de ríos.
Alrededor del 70% de las siembras fueron destruidas y se produjo el desplome de la red eléctrica, telefónica y de decenas de acueductos.

Se derribó puentes y afectó canales de riego. El puerto de Santo Domingo fue cerrado por varios días. El nivel del mar en la terminal del río Haina hizo colapsar contenedores de mercancías.

Tabla rasa

1,000M DE DÓLARES.
El estimado de las pérdidas causadas por los vientos y las aguas del huracán David.

2,000 MUERTES.
La cifra estimada de los que murieron al paso de David, con vientos de 240 kilómetros.

Cientos de familias salían de sus hogares sin espacios donde estar, formando hileras humanas. Rostros de preocupación, niños en brazos y cargaban lo poco que pudieron salvar de sus casas colapsadas, en su mayoría ropa.

Filas de vehículos procuraban combustible mientras los centros de expendio de alimentos fueron abarrotados.
Una muestra de la furia de los vientos es que arrancó los asientos de concreto en el malecón de la capital, y los escombros quedaron en plena avenida George Washington.
Tras los hechos, el presidente Guzmán anunció un plan de reconstrucción.

Giro abrupto
El ojo de David tocó tierra próximo a las 4:30 de la tarde entre Punta Palenque y Najayo, San Cristóbal, a unos 15 kilómetros al este de Punta Salinas, con un diámetro aproximado de 30 kilómetros.

Los pronósticos iniciales indicaban que ingresaría a tierra sobre la península de Barahona, cerca del poblado de Enriquillo, o a unos 70 kilómetros al sur de la ciudad de Barahona.

“Se movió justo al sur de la parte más oriental de la República Dominicana, abruptamente giró hacia el nor/noroeste el 31 de agosto, seguido por otro giro hacia el oeste. Luego retomó un giro mayormente hacia el noroeste. Esta oscilación en su curso dio como resultado el impacto cerca de Santo Domingo”, resalta Campusano en su investigación.

Se ha dado como explicación al zig-zag que experimentó sobre La Española la influencia de una vaguada o efectos de las montañas de la isla.

Origen y fin
David alcanzó la intensidad de huracán el 27 de agosto. Un avión de reconocimiento empezó a investigarlo. El fefenómeno se originó días antes en el Atlántico a unos 1,400 kilómetros de las islas de Cabo Verde, África.

Después de permanecer unas ocho horas trasladándose sobre el territorio nacional, tocó nuevamente el mar, saliendo al sur de Montecristi.

Cruzando La Española el 1 de septiembre cuando se movía en dirección noroeste, David se ubicó sobre el Canal de los Vientos. Los vientos máximos disminuyeron en 110 kilómetros por hora debido a la interacción con los terrenos montañosos de la isla.
Continuó moviéndose hacia la parte más oriental de Cuba y luego giró hacia el noroeste hacia la Florida.

Los daños causados en las vías de comunicación y al tendido eléctrico fueron cuantiosos.

La intensificación nueva vez empezó en las aguas cálidas de las Bahamas.
Entonces impactó al sur de Savannah Beach, Georgia, la tarde del 4 de septiembre, con vientos máximos sostenidos de 92 kph.

Huracanes históricos
Investigaciones de Cocco Quezada registran importantes huracanes en la historia del país. A estos estudios se suman otros.

Durante el período 1873-1998, 65 ciclones tropicales, contando tormentas y huracanes de diferentes categorías, afectaron al país, con mayor incidencia en el trimestre agosto-octubre y máxima en septiembre.

En 1502 la destrucción de la Villa de Santo Domingo por un fuerte huracán determinó el cambio de su emplazamiento de la margen oriental a la occidental del río Ozama, dando así nacimiento a la Ciudad Colonial.

En el 1508 otro violento huracán destruyó la ciudad de Santo Domingo. A lo largo de los años se registran otros graves huracanes: en 1509, 1526, 1545, 1672, 1680, 1751, 1831.

La Plaza de la Bandera debió ser sometida a reparación.

– San Leoncio azotó a la isla Santo Domingo en septiembre de 1615 uno de los más dañinos en 40 años.
-San Ciriaco en agosto de 1899, impactó el norte.

-Tormenta Grande o Padre Ruiz, sacerdote cuyo cadáver se velaba en la iglesia de Santa Bárbara, el 23 de septiembre de 1834.
-Ciclón de Lilís (presidente Ulises Heureaux), el 2 de septiembre de 1894, un huracán que azotó las costas sur.

-Huracán tocó territorio dominicano en las proximidades de Nisibón y Miches en el 1916
-San Zenón, 3 de septiembre de 1930, devastó a Santo Domingo.
-En 1949, huracán en la proximidad de Najayo, de San Cristóbal.

-En el 1952 la tormenta tropical Charlie entra a territorio dominicano próximo a Boca Chica en dirección nor-noroeste.

– Inés, el 29 de septiembre de 1966, causó graves daños en Barahona.
-David, 31 septiembre 1979, uno de los más destructores.
-Allen en agosto de 1980, advertencia para el sudeste del país.
-Debby, tormenta en septiembre de 1982.
-Emily, septiembre de 1987, próximo a la bahía de Calderas.
-Gilbert, septiembre de 1988, por el sur.
-Gordon en noviembre de 1994
-Hortense en septiembre de 1996
-El 22 de septiembre de 1998 el huracán Georges provocó grandes inundaciones con saldos de decenas de muertes, principalmente en el sur.
-Emely, tormenta agosto 2011.
-Érika, agosto de 2015.