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lunes, 15 de junio de 2009

RELACIONES EXTERIORES
La falta del flujo de datos verídicos es aprovechada por grupos interesados en fomentar la enemistad
Elreciente intercambio de reclamos entre República Dominicana y Haití, incluso de las autoridades, luego del incidente de violencia en el que dos personas, una de cada nación, resultaron decapitadas, demostró no sólo el constante flujo de informaciones erradas y manipuladas entre los dos países, sino también la hipersensibilidad que persiste en ambos pueblos.
Cuando el 8 de mayo pasado un grupo de organizaciones civiles y representantes empresariales protestaron frente a la embajada dominicana en Haití en demanda de justicia por la decapitación en medio de algarabía de Carlos Nerilus, un indocumentado haitiano en Herrera, en el país se propagó de inmediato la información errada de que la violencia se había apoderado aquel día de la sede diplomática, que uno de los manifestantes había muerto en enfrentamientos con la policía y que dos mujeres dominicanas habían sido asesinadas sólo horas antes.
“Eso fue un montaje de mal gusto que se hizo en República Dominicana”, indicó a Clave Digital José Luis Soto, director del Espacio de Comunicación Insular, una organización que difunde información periodística sobre la relación bilateral y sobre las comunidades migrantes.
El propio ministro consejero de la embajada dominicana en Puerto Príncipe, Pastor Vásquez, reiteró en varias ocasiones que la protesta había sido pacífica y no se habían registrado muertos.
Richard Widmaïer, director presidente de Radio Metropole
“Hemos encontrado muchos conflictos entre haitianos que viven en República Dominicana y también de dominicanos que viven en Haití. Estos incidentes son reportados por la prensa haitiana excesivamente de manera emocional y esto no sirve nunca para las buenas relaciones bilaterales”, dice. Cuenta que cuando se agrede a un haitiano en dominicana los primeros en reaccionar en forma violenta son los periodistas de su radio.Pero la falta de información precisa y creíble entre ambos países no sólo crea “un ciclo vicioso”, como lo califica el embajador dominicano Rubén Silié, sino que es aprovechado por quienes apuestan por la enemistad bilateral, según considera el ex cónsul haitiano Edwin Paraison.
“En ambos países hay sectores que promueven la enemistad, que promueven la discordia y se aprovechan de situaciones como las que estamos hablando (los hechos de violencia de Herrera) para provocar mayores preocupaciones”, comentó Paraison, quien durante varios años fungió como cónsul de Haití en Barahona, y más tarde en Santo Domingo.
Como ejemplo, Paraison insistió que en el caso de la protesta afuera de la embajada en Haití, una persona que se identificó como periodista hizo reportes a una radiodifusora, narrando disturbios, violencia y muertes.“Efectivamente hubo una información deliberada” con la intención de desinformar y tensar las relaciones, destacó Paraison.
De acuerdo con el ex funcionario consular, esos hechos muestra que existe “un uso deliberado de los medios de comunicación para crear alarmas falsas” entre los dos países.
Y ese uso deliberado se facilita por la falta de interés de los prensa e incluso de las instituciones de la administración pública por obtener información del otro país con base en fuentes primarias.