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domingo, 5 de junio de 2011

Aumentan los arrestos contra disidentes
Cinco equipos de EEUU irán al Torneo de la Aguja
JUAN CARLOS CHAVEZ
Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), intentará disuadir al opositor Guillermo Fariñas para que abandone la huelga de hambre que comenzó el viernes.

“Es muy peligroso porque ha quedado probado que este gobierno es implacable y no suele responder de manera humana ante reclamos de esta naturaleza”, dijo Sánchez el sábado en una entrevista telefónica a El Nuevo Herald.
Fariñas exige que se aclare la muerte de Juan Wilfredo Soto García y se ponga fin a los actos de violencia en las calles y plazas públicas contra el movimiento disidente cubano. Soto tenía 46 años cuando murió repentinamente el 8 de mayo en circunstancias misteriosas en el Hospital Arnaldo Milián Castro, en Santa Clara. Según la disidencia, el deceso ocurrió por una paliza que dos días antes de su arresto le propinó la policía por “alteración del orden público”.
Desde La Habana, Sánchez informó que llegará a Santa Clara en las próximas 24 horas para conversar personalmente con Fariñas sobre el riesgo de hacer un tipo de protesta “no violenta”. Mencionó que la situación interna cubana es delicada por el número de actos de hostigamiento y detenciones que vienen registrándose en todo el territorio cubano. Para muchos observadores, La Habana parece estar decidida a fortalecer una política de cero tolerancia.
Sánchez también insistió en que Fariñas presenta secuelas de sus anteriores huelgas y que se mantiene “latente” el peligro de que pueda morir.
“Tememos por su vida”, agregó.
Por su parte, la bloquera disidente Yoani Sánchez, informó en su cuenta de la red social Twitter sobre el nuevo ayuno del psicólogo y periodista independiente de 48 años. Dijo que se trata de una noticia “cierta y dolorosa”.
La última huelga de Fariñas duró más de cuatro meses en el 2010. Fue para exigir la libertad de los presos políticos tras la muerte de Orlando Zapata, el 23 de febrero de ese año. Zapata murió a causa de un ayuno en la prisión de Kilo 7, en la provincia de Camagüey, demandando una mejora de las condiciones de los presos de conciencia. Previamente fue calificado como prisionero político por Amnistía Internacional tras su detención en el 2003.
El deceso de Zapata fue un hecho que conmovió a la opinión pública mundial y motivó reacciones en varios frentes contra el régimen cubano. En el plano del activismo político se redoblaron los esfuerzos para denunciar los atropellos a los derechos humanos y las libertades individuales en la isla.
Fariñas, Premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo, pasó la mayor parte de esa huelga hospitalizado en una unidad de terapia intensiva de un hospital de Santa Clara, la ciudad donde reside. Durante su hospitalización recibió alimentación por vía parenteral.
El sábado Fariñas dijo que el gobierno cubano todavía no ha dado muestras de interés a sus reclamos y peticiones.
“Hasta este momento no ha pasado nada”, apuntó.
En España la ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, lamentó la nueva huelga de hambre de Fariñas. Consideró que básicamente “pone en riesgo su delicado estado de salud”.
Jiménez declaró que se mantendrá pendiente de la situación y que espera que “puedan atenderse sus reivindicaciones como en estos últimos meses” para evitar que la salud del disidente se vea afectada.