
Agravada aún más se encuentra la situación de los haitianos con el inicio de la temporada ciclónica, que amenaza la ya vulnerabilidad con que viven las personas en los campamentos, en condiciones demasiado precarias para soportar las lluvias y los huracanes.
Familias desplazadas viviendo en condiciones de gran vulnerabilidad, con poco saneamiento, limitado acceso a servicios, hacinamiento, y carencias alimentarias y de salud es el panorama general que se vive en Haití, tras el terremoto de 7.8 grados que afectó a esa nación y donde murieron cerca de 200 mil personas.
Se podría afirmar que a seis meses del terremoto ocurrido el 12 de enero, Haití sigue sin recibir respuestas contundentes a su situación, pese a las múltiples cumbres realizadas para responder a la tragedia y la promesa multimillonaria de ayuda internacional, como han denunciado instituciones como el Servicio Jesuita a Refugiados e Migrantes (SJRM).
En la pasada Cumbre Mundial sobre el Futuro de Haití "Solidaridad más allá de la Crisis", celebrada en junio pasado en Punta Cana, el presidente dominicano, Leonel Fernández, informó que se lograron promesas concretas por siete mil 815 millones de dólares y que se reunieron los fondos necesarios para refundar ese país caribeño.